Por: Redacción/
La Asamblea Constituyente de la Ciudad de México es un reflejo de las fuerzas políticas partidistas y grupos de interés que generaron “una Carta Magna ambivalente que aumenta las figuras de participación, pero disminuye la colaboración real y la posibilidad de ejercerla”, afirmó el doctor Héctor Tejera Gaona, investigador de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Al participar en la mesa Democracia y participación ciudadana, el académico afirmó que el ejercicio de intervención ciudadana resulta insuficiente y ha disminuido en su capacidad de influencia, como lo demuestra la desaparición de los consejos delegacionales, en tanto que la revocación de mandato presenta tantos requisitos que su aplicación es complicada.
El académico del Departamento de Antropología y director de la revista Alteridades agregó que esta Constitución no responde necesariamente a las demandas ciudadanas, sino a una exigencia del anterior jefe de gobierno, por lo que el resultado ha sido un documento muy reducido.
El doctor Carlos Ricardo Aguilar Astorga, profesor del Departamento de Procesos Sociales de la Unidad Lerma de la UAM, coincidió en que son escasos los mecanismos de participación ciudadana.
Los programas y políticas de derechos humanos surgen de un proceso de redefinición que inició en 2008 y fue reformulado en 2016, cuando se acotaron las líneas de acción que tenía el programa previo, con lo que se dio salida a asuntos sobre acceso a la información, protección de datos personales, defensa de los derechos humanos, igualdad y no discriminación, libertad de expresión y derechos políticos.
El doctor en ciencias sociales lamentó que ya no se podrán someter a plebiscito los actos de autoridad de la jefatura de gobierno relativos a cuestiones de carácter tributario, fiscal o de egresos, así como el régimen de egresos de la administración pública.
Lo que ahora se impugna en la Suprema Corte de Justicia es dar salida al principio de progresividad que reconoce muchos más derechos de los que incluso tiene la propia Carta Magna del país, agregó el licenciado en Política y Gestión Social por la Unidad Xochimilco.
La doctora Lucía Álvarez Enríquez, investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias Sociales de la UNAM, dijo que la propuesta de Constitución actual recoge de manera abierta e integral la participación ciudadana en cuanto a estatutos de gobierno y leyes de participación ciudadana y de desarrollo social, logrando incluir la intervención autónoma territorial y sistemática a la de los ciudadanos de a pie y organizados.
Sin embargo, la docente advirtió sobre el riesgo de que todo quede convertido en letra muerta de no contarse con leyes, reglamentos e instrumentos para aterrizarlo en las condiciones institucionales, normativas, organizativas y sociales de la realidad de la metrópoli.
La especialista destacó las posibilidades de ejercer la revocación de mandato y de los pueblos y barrios a ser consultados, así como la obligatoriedad de los poderes públicos, las alcaldías y los órganos autónomos de informar, consultar y realizar audiencias, además de rendir cuentas a la población.
Como una instancia de contrapeso a las autoridades del gobierno central se introdujo la figura del cabildo, definido como un órgano de planeación, consulta, acuerdo y decisión entre el gobierno de la ciudad y los titulares de las alcaldías cuyas decisiones son por consenso.
En la mesa moderada por Carlos Ventura, del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco Vitoria, Denise Reyes, activista opositora al Corredor Chapultepec, dijo que es tarea de los ciudadanos hacer que se cumpla la nueva constitución a través de las leyes secundarias, y así decidir sobre las políticas públicas y el territorio urbano, apoyándose en figuras como la asamblea vecinal que tendrá por misión llevar hasta oídos de las autoridades las exigencias vecinales.
Para transformar una sociedad con intereses diversos y dinámicos mediante una nueva Constitución para la capital, el desafío es pasar del modelo pasivo a uno altamente propositivo, declaró el doctor Gabriel Pérez Pérez, académico de la Unidad Cuajimalpa.
La constitución de la Ciudad de México crea leyes que van más allá de lo estrictamente local, pues su espíritu busca fomentar la participación de la gente, creando nuevos mecanismos de consulta, pero a su vez aminora la capacidad de injerencia real de las personas de a pie en materia de políticas públicas, por lo que lamentó que haya más mecanismos de intervención oral, pero sin capacidad de elección.
La siguiente sesión del Foro La Constitución de la Ciudad de México; realidades y retos versará sobre Sistema de justicia y poder judicial y se llevará a cabo en el Centro de Difusión Cultural Casa Rafael Galván el próximo 17 de mayo y concluirá el jueves 24 de mayo con el tema Reconstrucción de la Ciudad de México.
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