Por: Redacción
Ante la llegada masiva de migrantes haitianos y africanos a la frontera norte del país conviene, como se ha visto a nivel internacional, atender la situación desde el principio para que no se agrave y tenga complicaciones de carácter internacional, señalaron especialistas de la UNAM. Es importante, dijeron, cambiar la atención asistencial (albergue, comida y atención médica) por apoyo para buscarles vivienda y trabajo.
Cecilia Imaz Bayona, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), refirió que en los últimos años México se ha abierto a la idea de ver a la migración no como amenaza, sino como oportunidad. “Lo hemos visto en otras oleadas; los migrantes dan, aportan”.
Además, en nuestro país estamos obligados a tener una actitud inclusiva, sobre todo por la posición de nuestro gobierno ante la Asamblea de las Naciones Unidas, de atención a los migrantes, en obvia referencia a la población mexicana en Estados Unidos, pero también a la de tránsito.
En conferencia de medios, la universitaria mencionó que las personas que llegan al territorio nacional desde Haití o África “ya quemaron sus cartuchos”, pues se estima que han gastado en su viaje entre ocho mil y 12 mil dólares.
A escala mundial, opinó, se deben atender las crisis sin precedentes de asilo, refugio y migración, porque no sólo se trata de personas en una situación desesperada, sino que también alteran el ambiente al que llegan, “aunque lo que pasa en México no tiene comparación con lo que ocurre en Europa”.
Asimismo, Imaz recalcó que la migración extranjera ha opacado a la interna. “Hay una enorme cantidad de michoacanos y guerrerenses que han abandonado sus comunidades y están en busca de asilo por la situación de inseguridad, y hay que poner atención en ellos. Buscan refugio porque su vida está en riesgo”.
Roberto Herrera Carassou, también de la FCPyS, expuso que la situación que se vive en Tijuana bordea los términos de una crisis humanitaria, a pesar de que se puede inscribir como un episodio más de la tragedia migratoria internacional que nos ha tocado vivir en los últimos años en varias partes del mundo.
“Ha llegado un gran contingente proveniente de países centroamericanos y de Brasil (en donde se emplearon con motivo del Mundial de Futbol y de los Juegos Olímpicos), y otros que planearon un viaje para llegar a EU a través de nuestro territorio”.
El factor de atracción que ejerce la Unión Americana sobre la población en América Latina sigue siendo uno de los incentivos mayores para que esas crisis se produzcan. Es un problema de supervivencia, de búsqueda de trabajo donde exista.
Pero, enfatizó, no hay que esperar a que esto se convierta en una crisis humanitaria, y encontrar respuestas que den solución no sólo a este problema coyuntural, sino a los que pudieran venir en el futuro.
Se estima que 120 mil migrantes cruzan la frontera con EU cada año; sin embargo, el sueño americano es una utopía que no se cumple con facilidad para la mayoría. Hoy, el hecho de que México ocupe el segundo lugar por ingresos más altos de remesas, es un “acto heroico”, calificó.
Por último, Jorge Alberto Tenorio Terrones, también de la FCPyS, explicó que los migrantes continúan su camino con la meta de llegar a Estados Unidos, “pero no les disgustaría quedarse en México”. Por ello, habría que preguntarnos si somos sólo un país de tránsito.
En el auditorio Pablo González Casanova de la FCPyS, recalcó que se presenta descontento en Tijuana no sólo por las cuestiones sanitarias u otros problemas que provoca el hacinamiento, como el acceso a alimentos; a ello hay que sumar el problema de racismo que hay en México.
Esta situación no debe verse como una tragedia; los migrantes crearán redes y saldrán adelante como lo hacen los mexicanos en EU. El reto y la responsabilidad que ese fenómeno implica deben ser compartidos por el gobierno y la sociedad, concluyó.
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