Por: Redacción
Una estrategia territorial de largo plazo para México implica adecuar el marco jurídico y establecer las posibilidades de coordinación, de relaciones y de acuerdos a nivel megalopolitano, dijo el maestro Roberto Eibenschutz Hartman, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Durante el Segundo Coloquio Internacional. Las paradojas de las megalópolis, organizado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados, el Profesor Distinguido de la UAM expuso que además se necesita establecer procesos permanentes de discusión y análisis, sin olvidar y reconocer la pluralidad de los actores, así como garantizar los espacios y canales de expresión para exponer las necesidades y prioridades.
Hay que “hacer que los sistemas de planeación existentes operen en sus distintas escalas, en sus diferentes situaciones”, y “esperar una nueva legislación que la actualice”.
El académico adscrito al Departamento de Teoría y Análisis de la Unidad Xochimilco de la UAM, y especialista en urbanismo y desarrollo rural regional, indicó que no hay una respuesta real para responder cómo planear las megalópolis.
”Me preocupa que empecemos a utilizar este concepto como una forma alterna para referirnos a la ciudad, a la gran ciudad, a la metrópoli, y como una forma moderna para desechar otras maneras de referirnos a la gran ciudad”, afirmó.
La megalópolis debe entenderse como un concepto distinto. Se refiere a un problema de relaciones y de interacciones en el territorio. Pero “no implica el olvidarnos de que existen municipios, ciudades, metrópolis, y borrar todo eso”, pues hay que plantear desde una macro visión.
En su consideración el concepto de megalópolis hace alusión “a la interacción entre las distintas metrópolis, los flujos que se generan entre éstas, las relaciones, los impactos, las acciones que afectan a unas y otras en entres sí. Por ello la importancia de estudiarla como un concepto amplio”.
En ese sentido es importante entender cuáles son las funciones fundamentales que tiene en el territorio una concentración tan grande como pudiera ser Querétaro o Tlaxcala, para el funcionamiento de la región del centro, y más aún, en la de todo el país.
El maestro Eibenschutz Hartman aseveró que se requieren más estudios y análisis específicos sobre estas relaciones, porque aún las funciones e impactos no han sido medidos y estudiados suficientemente.
“Me preocupo cuando escucho hablar a los políticos diciendo que no hay planeación urbana. Y sí, tienen razón, no hay planeación urbana, pero dependiendo a que definamos como tal, porque tenemos varias toneladas de documentos aprobados como planes de desarrollo descansando en los archivos de los funcionarios públicos y en las dependencias públicas”, asveró.
Afirmó que lo que no hay es una acción consecuente y una decisión política de tomar en cuenta los estudios de planeación para darles validez real.
El ex secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda del Distrito Federal planteó que no se llevan a la práctica las decisiones de política pública sobre los estudios de la planeación urbana.
“Les diría a los diputados que la ausencia de planeación está más de su lado que en el de las instituciones académicas. Está del lado de quienes toman decisiones y de quienes aprueban las legislaciones”, aseguró.
Durante su exposición recordó que “tenemos más de nueve años esperando que se apruebe una nueva legislación sobre desarrollo urbano a nivel nacional, la cual se sigue posponiendo, pese a estar muy afinada y platicada”.
Eibenschutz Hartman sostuvo que los instrumentos con que se cuenta no son suficientes para afrontar la gravedad de los fenómenos que estamos enfrentando. “Cuando se habla de megalópolis no se trata de un nuevo ámbito de gobierno, de un gobierno y de un congreso megametropolitano”.
Es necesario pensar en mecanismos de coordinación, instrumentos de colaboración, de concertación, de asociación, de estímulo, de acciones que permitan que estos distintos espacios tengan sus propias dinámicas y estén en condiciones de interactuar y acordar acciones conjuntas.
Para ello no hacen falta nuevas instancias de gobierno, hace falta voluntad, mecanismos de coordinación, “faltan estudios y análisis que permitan evaluar estas formas de coordinación”, en temas prioritarios como el transporte –referido a los flujos de personas, bienes y de productos– sobre los flujos económicos –para ver cómo se mueven las inversiones– y con respecto a los flujos de información.
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