Por: Redacción/
Los flujos mundiales de inversión extranjera directa (IED) disminuyeron en un 16% en 2017, pasando de 1800 millones de dólares en 2016, a 1500 millones, según un nuevo informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
La caída de la inversión en países desarrollados fue el principal factor detrás del declive mundial. La UNCTAD informó sobre una fuerte disminución en Europa y América del Norte. Esta reducción se atenuó debido al crecimiento de un 11% en otras economías desarrolladas, principalmente Australia.
La IED destinada a países en desarrollo se mantuvo estable con aproximadamente 653.000 millones de dólares, un 2% más que el año anterior. Los flujos aumentaron ligeramente en Asia, América Latina y el Caribe, y se mantuvieron estables en África.
Estos datos contrastan marcadamente con otras variables macroeconómicas como el crecimiento del PIB y el comercio, que experimentaron mejoras sustanciales en 2017.
“La recuperación del IED continúa por un camino accidentado. Si bien se mantuvo en un nivel similar al del año pasado en los países en desarrollo, aún se necesita con urgencia una mayor inversión en sectores que puedan contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, declaró en un comunicado Mukhisa Kituyi, el secretario general de la UNCTAD.
Datos preliminares indican que la inversión en nuevos proyectos de desarrollo muestra una disminución del 32%, su nivel más bajo desde 2003.
Según la UNCTAD, las proyecciones de mayor crecimiento económico, los volúmenes comerciales y los precios de los productos básicos normalmente apuntan a un aumento potencial de la IED mundial en 2018. Sin embargo, los elevados riesgos geopolíticos y la incertidumbre política podrían tener un impacto negativo.
Además, es probable que las reformas tributarias en los Estados Unidos afecten significativamente las decisiones de inversión de las multinacionales estadounidenses, con consecuencias para los patrones de inversión global.
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