Por: Carolina Carrasco

Con su cabello cano al hombro, una mirada experta y una sonrisa amigable, Pedro Valtierra nos recibe en su oficina; oscura al principio, con un ventanal que ilumina la parte final, dándole una atmósfera de blanco y negro, como sus fotografías, como el estilo fotográfico que tanto ama. En ella hay una mesa larga, un pizarrón blanco con un par de diagramas  y un escritorio de madera en donde reposa una cámara Pentax, analógica, sobre algunos papeles.

El hombre, que a lo largo de 40 años de labor ha capturado algunas de las imágenes más emblemáticas que el fotoperiodismo mexicano pueda tener, se acomoda tras su escritorio y comienza a platicar acerca de lo que piensa, de lo que siente al obtener –por segunda ocasión- un Premio Nacional de Periodismo, ésta vez por sus años de experiencia dentro del medio.

“Me siento muy contento, muy feliz, no sé si lo merezca… siempre digo eso, y me dicen “te ves mal” pero bueno, yo si lo digo de verdad”, expresa el oriundo de Zacatecas, fundador y jefe de fotografía del periódico La Jornada en 1984. “Es un reconocimiento a mi trabajo en primer lugar, pero también es un reconocimiento a todas esas personas que me han apoyado”.

Desde 1979, ha participado en más de 300 exposiciones individuales, tanto en México como fuera del país, y fue galardonado con el Premio Internacional de Periodismo Rey de España 1998 a la mejor fotografía, por una imagen en la que se aprecia a un grupo de indígenas tzotziles enfrentando a militares mexicanos en Chiapas. Actualmente es director de la agencia Cuartoscuro y de la revista que comparte el mismo nombre.

Foto: MUGS Noticias/Roberto Barco Celis

Foto: MUGS Noticias/Roberto Barco Celis

-¿En qué formato te gusta trabajar más? ¿digital o…?

-No, me gusta trabajar más con cámara analógica.

-¿Cómo te sientes al recibir el premio por tu trayectoria?

-Me siento muy contento, muy feliz. No sé si lo merezca. Siempre digo eso, y me dicen “te ves mal” pero bueno, yo sí lo digo de verdad. Me siento contento, es un estímulo importante. Es un reconocimiento a mi trabajo en primer lugar, pero también es un reconocimiento a todas esas personas que me han apoyado para hacer mi trabajo en los últimos 40 años.

“Este premio lo tengo porque he trabajado, pero también es importante señalar que tuve a directores muy importantes que me enseñaron, aprendí, como a Benjamín Wong, Manuel Becerra Acosta, (Carlos) Payán, la misma Carmen Lira; muchos otros compañeros reporteros con los que realicé trabajos. Entonces, es un reconocimiento no sólo a mi trabajo, sino a todos aquellos periodistas que me apoyaron y me enseñaron.

“Pienso que por eso es un estímulo importante. Siempre un reconocimiento es importante si lo tomas como eso, como un estímulo, y no creerlo; disfrutarlo y pensar que tienes que seguir chambeando, ése es el asunto.  Porque si uno cree que ya la hizo, pues…”.

Foto: Pedro Valtierra

Foto: Pedro Valtierra

-¿Qué diferencia hay entre el primer premio de periodismo que recibiste y éste?

-Mi primer trabajo de reconocimiento periodístico fue en 1980. Yo gané la primera bienal, que fue colectiva en 1980, y en 1983 gane el Premio Nacional de Periodismo, que era el que daba el gobierno en esos años, y que es el estímulo más importante. Lo gané en el 83 a la edad de 27 años. De ese entonces a ahora, pues hay 33 años de diferencia; han pasado muchas cosas… ¿qué te puedo decir?

“La diferencia es que el premio del 83 es específicamente sobre el trabajo en Centroamérica, y aquí juntamos la trayectoria. Y no es solamente la foto, es el trabajo en torno a la fotografía, y mi trabajo, mi producción, la fotografía. Porque bueno, no solamente hago foto, sino que edito una revista, dirijo la agencia, dirijo una fototeca; todo entorno a la fotografía. En efecto, el premio es por trayectoria periodística; entonces, la diferencia es que son 33 años después, y que más vale tarde que nunca ¿no?

Es un estímulo. Aquel fue un estímulo en un momento muy importante en mi vida. Joven, con muchas ganas. Tengo ganas a pesar de ser, no digo viejo porque se oye muy feo, a pesar de tener muchos años en este oficio; pero de todas maneras es un estímulo. Y viniendo sobre todo del mismo gremio. El premio lo dan periódicos y también universidades, que eso es importante; el jurado es, como ven, de reporteros, y eso para mí es doblemente estimulante.

-¿En tu papel como jurado, cuáles son las perspectivas que te deja esto?

-He sido jurado de ese premio dos veces y he sido jurado en otros premios. Que te premien siempre va a ser algo que te estimule. Cuando uno califica el trabajo de los otros participantes, uno quiere impulsar siempre a los fotógrafos y periodistas que uno cree que están haciendo un trabajo profesional, y que son sobre todo en estas cosas independientes, rigurosos, serios;  califica uno, y cuando a uno lo califican pues también se vale y es necesario.

“Yo me siento bien, me siento juzgado, y esta manera de juzgarme ha sido para bien.

“Me dicen que el premio es unánime, entonces para mí es muy importante porque no hubo votos en contra, entonces eso está bien; eso significa que, y hay que decirlo, en este tiempo en que nadie se quiere y hay tanta violencia; y los periodistas están acostumbrados a la mala vida, no porque nos guste (bueno, a algunos porque nos gusta), sino porque el oficio así es. No digo que acostumbrados a la mala vida, pero sí a esa intensidad de la violencia, de las presiones; es necesario que te estimulen”.

-¿Por qué dices que no crees merecer el premio?

-Porque si digo que sí lo merezco me voy a ver demasiado… No, lo digo como una manera de protegerme, como una manera de decirle “oye, gracias”. No debería decirlo, debería agradecer, y no me lo han dicho “no lo digas, di que gracias y ya”, pero es como un cumplido al jurado y un cumplido a los miembros que integran al premio. Yo lo único que puedo decir es que no trabajé para ganar premios ni reconocimientos, ni nada. Finalmente han sido muchos años de trabajo en la adversidad, en conflictos, en pleitos, en desavenencias, y yo he sido persistente en lo que  pienso; eso me ha llevado muchas veces a tener conflictos, pero creo que lo más importante de esto es el trabajo que se ha hecho a lo largo de los años; primero como fotógrafo, porque además tuve la suerte de trabajar mucho, en muchos lugares; entonces, a lo mejor no debería decir eso de “no lo merezco” , pero pues… agradecer, disfrutarlo.

AFPV-014

Foto: Pedro Valtierra

– Pedro, tú eres formador de maestros, y de muchos fotógrafos ¿qué significa tener para ti tener una agencia con tanta presencia y con tantos fotógrafos en los medios?

– Mira, yo me siento muy contento por eso. Nosotros, desde que hicimos Cuartoscuro, siempre estuvimos claros; no nacimos como una empresa sino como una escuela, como un grupo pequeño de fotógrafos, con claridad en ese sentido; siempre hemos tenido claro que ellos se van a quedar aquí dos, tres años, aprenden y se van a los periódicos, esa siempre ha sido nuestra idea. Hemos tenido, a lo largo de los casi 30 años, más de 125 fotógrafos que están en distintos lugares; llevamos varios premios nacionales, en este caso hemos repetido.

“(Miguel) Dimayuga trabajó aquí con nosotros; no se formó aquí, se formó en Acapulco, pero vino al DF, lo trajimos y de aquí se fue a Proceso. ¿Qué se siente? Yo me siento muy contento, porque hemos cumplido la idea.

Yo creo que la mejor manera de mantenerse vigente es enseñar, es compartir lo que uno aprende; compartir, socializar lo que tú has aprendido. Para mí ha sido siempre una idea que he puesto en práctica; entonces, a los chavos no les decimos “te vamos a hacer fotógrafo”, les enseñamos las cosas que nos han pasado y les damos mucha confianza de que pueden ser buenos fotógrafos.

“Estimulamos la creación de los fotógrafos; los orientamos a que lean, es muy importante. Entonces, desde que empezó Cuartoscuro, un poquito antes, el proyecto de La Jornada es un proyecto mío, allí les dimos oportunidad a los fotógrafos que allí empezaron, como Diego León, Frida Hartz, Marco Antonio Cruz, Andrés Garay, Rogelio Cuellar, entre otros fundadores. Ese grupo empieza allí.

“Yo vengo de Unomasuno. Luego me ponen en la historia que yo soy de esa generación; yo les digo ‘gracias, pero yo soy diez años más viejo’. Yo no sé cómo se saquen las generaciones, pero evidentemente no pertenezco a esa generación; somos de la misma edad, pero generacionalmente en el trabajo yo empecé muy chavo, entonces laboralmente desde el 75 al 85 son 10 años, nueve años, y es muy intenso.

“Esos años podría decirse que valen doble, pero desde entonces yo hice el proyecto de La Jornada; lo tengo, se lo presenté a Payán, a Granados Chapa, a Carmen, a Humberto, a Aguilar Camín; esa es la propuesta de fotografía, nunca se había hecho una propuesta para un periódico en este país y nosotros se la propusimos, yo se la propuse; entonces, cuando ves a la distancia La Jornada, dices ‘¿Por qué tuvo éxito?’; por dos razones importantes: una, porque Payán fue director, y a Payán le gusta la foto, y porque hubo una propuesta de fotografía y porque le permitimos a los fotógrafos demostrar su capacidad, su iniciativa. Hoy el periódico La Jornada no permite eso, a la directora no le gusta la fotografía, y eso lo pueden decir porque yo se lo he dicho a Carmen, por eso es que la crisis fotográfica en La Jornada está. Tiene muy buenos fotógrafos, pero no lo saben aprovechar; como tienen buenos reporteros y no los saben aprovechar.

“Respecto a la pregunta de La Jornada, a mí me tocó hacer la propuesta, entre otros puntos. Fíjate, es muy importante, porque no se discute ese documento. Se habla de la época de La Jornada, pero no se discute por qué. Eso pasa mucho en el periodismo, y pasa mucho en los investigadores y en los historiadores; que es incorrecto, los investigadores deben saber por qué se dieron esas cosas ¿no? Hubo éxito en La Jornada en esa época, y yo no digo que sea por mí; yo propuse, pero había un director que le gustaba la foto, y había un grupo de fotógrafos que le encantaba y estaban enamorados de la foto, y bueno, no es el caso solamente hoy en La Jornada, yo pienso que en muchos periódicos hay crisis. En los periódicos, no en los fotógrafos. Por ejemplo, Ulises Castellanos dice que hay crisis de fotógrafos. No, no hay crisis de fotógrafos, hay crisis de periódicos”.

-¿Qué consideras que se necesita para ser un buen fotoperiodista?

-Muchas ganas, autocriticarse, trabajar mucho y mucha humildad ante el trabajo; aspirar a ser el mejor, pero no andar diciendo que eres el mejor, ni andar diciendo que eres artista. ¿Por qué eso? Porque luego los fotógrafos se sienten artistas antes de tomar fotos, porque se compran unos lentes modernos y ya son artistas.

“El arte es el resultado del trabajo, y es tan artista un reportero como un fotógrafo, pero lo que te va a hacer “bueno bueno” es el trabajo, no hay otra. Yo recomiendo eso, no hay de otra; la lectura obligatoria de los periódicos, el trabajo.

“Hay fotógrafos que entran a las 9:00 y a las 3:00 se van porque ya terminó su turno. Yo conozco a varios, no me pregunten los nombres porque se van a asustar. La chamba, la chamba es lo único que te va a hacer; ese es yo creo el secreto. Ahora, ¿cualquiera puede serlo? Yo creo que sí. ¿Qué necesitas? Oír mucho, tener paciencia, oír, observar, saber… saber dónde estás, por eso la necesidad de aprender, de leer periódicos, porque muchos fotógrafos creen que solamente la cámara… no, la cámara solamente es un instrumento.

Cuando dicen que la cámara es lo más importante para ser buen fotógrafo, no es cierto. Eso te lo dice la marca, los que venden cámaras; lo importante es cómo la uses y dónde la uses. Ahora el tema que discuten los fotógrafos es qué cámara tienes y de cuantos megas, pero no discuten el informe de la Comisión Interamericana sobre Ayotzinapa, o sobre otros temas.

“Hay fotógrafos que dicen ‘yo soy fotógrafo, traigo una Cannon’; bueno, la cámara es un instrumento, es un aparato, cómo una pluma ¿qué pluma traes?, deberías traer una Mont Blanc para ser bueno; no, eso no existe. Hay un grupo de fotógrafos que se dedica a promover esto, no hacen pensar a los jóvenes, lo importante es hacerlos pensar, cuestionar su trabajo, no madrearlos como hacen.

“Una cosa es madrear y otra cosa es invitarlos a la reflexión y la autocrítica; o sea, los regañan “no, son unos…”, equis; no, con calma “oye, ¿te gusta tu foto?”, tú mismo tienes que darte cuenta de que… En fin, meterlos a ese proceso de la reflexión y de la autocrítica, sin lacerarse tampoco. Yo creo que esos son elementos que te ayudan para ser fotógrafo. Yo pienso que eso es lo más importante”.

-Hoy, inclusive, ha cambiado hasta la manera de cubrir guerras, tú fuiste alguien que anduvo a pie, que le tocaron hechos históricos, ¿Qué encuentras de diferente, tanto en el quehacer fotográfico como en los propios fotoperiodistas? Sabemos que hay quienes creen que ir a una guerra solamente es ir, toma unas fotos y van y buscan el concurso…

CHIAPAS, 18MAYO1994.- Entrenamiento del Ejercito Zapatista de Liberaci—n Nacional (EZLN) en algœn lugar de la Selva Lacandona. FOTO: PEDRO VALTIERRA/CUARTOSCURO.COM

Entrenamiento del Ejercito Zapatista de Liberació—n Nacional (EZLN) en algœn lugar de la Selva Lacandona. (CHIAPAS, 18 de mayo, 1994). FOTO: PEDRO VALTIERRA/CUARTOSCURO

Yo pienso que vengo de una generación, no digo que mejor o peor, sino que con características distintas. Creo que sí hay buenos fotógrafos.

“Yo creo que todos son buenos fotógrafos; ¿qué les falta? Más estilo, más ganas, más autoestima, menos vanidad, menos autoelogios, o en algunos casos, menos vivir del pasado. Para nadie es bueno vivir del pasado, se tiene que vivir del presente y de lo que hagas. Para ser bueno, se tiene que trabajar todos los días.

“¿Qué le falta a los fotógrafos hoy? Más autocrítica. Yo veo lamentablemente que permea mucho el rechazo a conocer las cosas, a saber las cosas. La fotografía no se hace con la cámara, se hace con las relaciones que tengas, es lo dice Kapuscinski. Y Kapuscinski sabe algo de este oficio, o sabía.

“Las relaciones, el contacto, su directorio tiene que estar lleno, y en su directorio tienen que estar todos: buenos, malos y… si tienen allí el del Chapo, pues ‘oye, ¿dónde andas?, o el de Norberto (Rivera), el de (Marcial) Maciel; no se preocupen, ustedes no califiquen, no somos para calificar, somos para reportar lo que el Chapo piensa, lo que piensa Norberto, lo que piensa Maciel, ya lo que le digan a él es otro rollo, porque si no ya se meten ustedes a participar y eso es muy peligroso.

Algunas veces me han dicho ‘si el Chapo te pidiera que le hicieras fotos ¿se las harías?’. Sí, por supuesto, ¿por qué no?; si le voy a hacer fotos a Norberto Rivera, ¿por qué al Chapo no? Yo digo esto y la gente luego-luego se asusta porque ya están involucrados en el asunto, y nosotros estamos al margen de esto, entonces hay esa falta de información de los fotógrafos, necesitamos leer mucho más, saber, preocuparnos, tener nuestro directorio con información. Un buen reportero es el que sabe, y nosotros también somos reporteros, nada más que escribimos con la cámara.

“Hoy encuentro que hay un conflicto entre reporteros y fotógrafos; yo nunca lo tuve. Con Carmen; con López Dóriga llegue a reportear temas, y yo andaba bien, cotorreando con ellos cuando no eran famosos. Con Kapuscinski me tocó reportear en Centroamérica, con Scherer; yo nunca me llevé mal con los reporteros, y hoy se llevan mal con los reporteros, compiten, no hablan, yo aquí les digo a los de Cuartoscuro ‘y si no hablan con los reporteros, muy mal’, porque trabajar con reporteros es una ayuda mutua; te pasa datos.

“Por ejemplo, cuando vino el Papa por primera vez metimos al Patán a que se metiera al cónclave, a donde estaban todos los curas, hicimos una jugada allí, Víctor Avilés y yo nos quisimos meter a fuerza, eso estaba planeado para que él llegar ahí y dijera ‘¿Quiénes son éstos? Periodistas ¡¿Cómo que periodistas?! ¡Sáquenlos!’.

Foto: Pedro Valtierra

Foto: Pedro Valtierra

“La relación con el reportero, saber las cosas, es fundamental; porque estamos reporteando con luz. Una cosa es la técnica y otra la información, pues tienes que poner intención en la foto; ¿Cómo? Sabiendo de qué se trata, por eso la necesidad de leer”.

– En ese sentido, por ejemplo, con las nuevas tecnologías que le permiten al ciudadano que puede estar pasando por un evento tomar una foto que puede ser noticiosa ¿Cómo compite el fotoperiodista contra eso?

– Pues eso sí está ahora muy complicado, porque son las normas del tiempo, son las nuevas tecnologías que surgen y que están al alcance mucho más fácil de la sociedad. Ese nuevo fenómeno está hablando en este momento y yo pienso que va a causar estragos importantes en los medios de comunicación.

“Yo no creo que desaparezca, ni los periódicos impresos, por lo menos a corto plazo y a corto plazo me refiero a 50 años, 30 años; quizá se especialicen más. Sí creo que va a surgir una nueva forma de hacer periodismo; ya lo hay ahora. Estas redes sociales no son periodistas en el sentido estricto tradicional, pero al final hacen la función de periodistas; transmiten información.

“De los muertos aquellos de Veracruz, me acuerdo que La Jornada publicó una foto de una persona que la tomó con el teléfono celular, por citar un caso; pero bueno, todos los días están las redes determinando, y hay veces que determinan la nota del día siguiente; eso está ocurriendo, el peligro o el riesgo.

“Hay mucho, mucho riesgo para los periodistas profesionales ¿Qué ha pasado en periódicos en Estados Unidos y aquí en México? Han cerrado, han corrido a los fotógrafos, contratan o les dan un teléfono y con eso más que suficiente. Yo no creo en eso, me parece que eso no le da el rigor profesional al periódico porque no le oferta al lector buenas fotos.

“Yo sigo creyendo en el periodismo profesional como la opción para hacer un periodismo de mucho más calidad, conceptual, de técnica y contenido; sin embargo, las redes ahora, en muchos casos, están determinando. Y eso les corresponde a ustedes, saber qué va a pasar. Yo quisiera tener mi rodillo y revelar como antiguamente”.

– ¿Todavía lo haces?

– Lo hago todavía, me preguntaste al principio que si prefiero el color, o el blanco y negro…

-¿Con qué trabajar, digital o analógico?

– A mí me gusta el blanco y negro. Siempre. Tengo que trabajar con cámara digital; lo hago por necesidad pero no por gusto. Te emocionas haciendo tus fotos, pero uno siempre añora el respaldo del negativo. Estoy convencido que digo esto, no por más viejo.

“Piensas que lo pasado fue lo mejor, sencillamente el blanco y negro, el rollo y la cámara analógica tenían otro encanto; ¿Cuál es? Tomabas tu rollo y no sabías si estaba bien la foto, y si ibas fuera del país y te tardabas en volver un mes al país, todos los días sufrías y soñabas si habrías tomado bien la foto y cómo habían quedado.

“Cuando llegabas y revelabas era una cosa de nerviosismo, y luego sacar tu rollo, y cuando sacabas tú el rollo y lo veías y decías que por lo menos el tono estaba bien; y cuando lo veías bien, ya que veías que te quedaban bien las fotos, disfrutabas y gozabas, y toda esa tensión que habías tenido durante tanto tiempo hacía que quisieras tu rollo, que quisieras el blanco y negro, o el color. Hoy es tan inmediato y tan rápido; no es lo mismo.

“Lo hago profesional, pero disfruto el blanco y negro; tiene ese encanto, esa cosa poética incluso, y ahora lo ves tan rápido que dices ‘bueno…’. Y la cámara no te dura, no llegas a querer las cámaras como antes, las cámaras de antes se hacían querer”.

Foto: Pedro Valtierra

Foto: Pedro Valtierra

-¿Cómo se trabaja ahora? ¿Cómo cubrir una tragedia, un levantamiento… cómo cubrirlo con la perspectiva de hace 20 y cómo va el fotógrafo perdiendo todo eso?

-Más que como perspectiva, tienes muchas cosas diferentes. Por ejemplo, hace 20 años nos fuimos a Chiapas, cada quien como pudo; llegamos, trabajabas todo el día, revelabas y mandabas tus fotos en la noche. Hoy, un movimiento como en Guerrero, Michoacán con las autodefensas, llegas y con tu teléfono celular mandas tus fotos; yo traigo este trabajito, lo coloco en la ‘compu’ y estoy mandando las fotos casi en el momento.

“Se cubre igual, esencialmente la foto no ha cambiado; ha cambiado en cómo mandar la fotografía, del uso de la fotografía, pero el acto de fotografiar tiene que ser el mismo, como el acto del reportero; tiene que salir en chinga a reportear, nomás que ya no va a ir a buscar un teléfono para escribir la nota, ahora hasta la escribe allí.

“En Chiapas, para ir a la realidad íbamos de San Cristóbal, y la realidad estaba a 6 horas. Para cubrir una conferencia de Marcos a las 12, tenías que salir a las 6 de la mañana, y si estaba lloviendo, pues mejor salir en la noche porque no sabías si ibas a llegar; entonces llegabas a la conferencia, se atrasaba una hora, a la 1, acababas a las 2, y en ese momento llegabas a San Cristóbal a las 8 de la noche, revelabas la fotografía y mandabas. Hoy vas a la realidad con un satelital, tomas dos, tres fotos y allí mismo las estás mandando; en el acto las están recibiendo y colgando a la red. Así que chiste, así hasta yo. Se mandan las fotos antes de que ocurran los hechos.

“Les digo aquí a los muchachos, antes de que ocurran los hechos, ya deben estar las fotos; la diferencia es en la técnica, pero en hacer fotos sigue siendo lo mismo; tienes que pensar la foto, no disparar tanto, ser respetuoso con el que está allí, aprovechar.

“Dimayuga gana el premio con una foto muy bonita, muy sencilla, que es lo más difícil, de un tema que es de Michoacán. Buscó la foto. Entonces, la manera de trabajar hoy a la de hace 20 años es diferente, pero esencialmente la foto se sigue haciendo todavía con esto, con el corazón. Hay que preocuparse cuando ya te pongan un chip en el corazón. Ahora que, con los chinos, no sé cómo vayan a ser las cámaras en 20 años, eso ya les va a tocar a ustedes, allí nada más les encargamos que no se olviden de nosotros, del pasado.