Por: Redacción/
En su primera rueda de prensa como defensora de las víctimas de abusos sexuales, Jane Connors explicó que la ONU ha tomado “medidas significativas” para asegurar que “todo el mundo sepa que la explotación y el abuso sexual es totalmente imperdonable y no se tolerará en ninguna manera”.
Aun así, las denuncias siguen llegando. Desde el 1 de julio al 30 de septiembre, la ONU ha recibido 31 alegaciones de abusos sexuales cometidos por personal de la organización. De esas denuncias, 12 provienen de operaciones de mantenimiento de la paz y 19 de agencias, fondos y programas. De las 36 víctimas, un 72% son mujeres y un 19 % niñas. No todas esas alegaciones han sido verificadas, pero ya se han abierto 14 investigaciones.
“Mi prioridad es dar visibilidad a los que han sufrido, también conectando con ellos personalmente. Quiero ampliar sus voces de una manera que no puedan ser ignoradas y apoyarlas para que puedan reconstruir su vida”, explicó Connors, que acaba de volver de la República Centroafricana, su primer destino en el cargo, donde se reunió con víctimas.
Además, la ONU ha nombrado a 4 defensores en cuatro de las misiones donde ha habido más denuncias: Haití, República Centroafricana, República Democrática del Congo y Sudán del Sur.
El portavoz del Secretario General dijo que Guterres está “decepcionado y entristecido” de que estas prácticas sigan ocurriendo. Algunas de las denuncias recogidas ahora se refieren a casos ocurridos hace tiempo y el portavoz dijo que espera que sea una señal de que las víctimas tienen ahora más confianza y más facilidades para denunciar.
La ONU quiere asegurarse de que, una vez que una víctima se atreve a denunciar, el proceso sea lo menos complicado y doloroso posible para ellas. Por eso, están probando en la República Cemocrática del Congo un modelo de formulario único que permitirá proporcionar asistencia de inmediato, investigar con más rapidez y recopilar los datos.
Connors explicó que las víctimas reciben ayuda sin esperar a que la alegación sea probada. Por ejemplo, se les entrega comida y medicinas y se les ofrecen clases y capacitación laboral.
“Para mí hay mucho más por hacer, sobre todo en lo relativo a la educación. La falta de educación es un riesgo significativo, no sólo porque la escolarización les protege, sino también porque quien no tiene educación corre un mayor riesgo y no es tan capaz de estar bien informado”, añadió.
La ONU ha establecido un fondo fiduciario para proporcionar ayuda a las víctimas. Hasta el momento, ha recibido un millón y medio de dólares en contribuciones, pero Connors solicitó más aportaciones a los estados miembros, individuos y fundaciones.
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