Por: Redacción/
La evaluación de los medios virtuales utilizados en la divulgación de la ciencia hacia un público cada vez mayor es fundamental para determinar su impacto, coincidieron expertos en un encuentro convocado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Paloma Zubieta López, bióloga del Instituto de Matemáticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), detalló que el proceso de difusión del conocimiento científico se enfoca en los objetivos y los resultados, ya que sus propósitos “deben ser específicos, medibles, realistas y orientados a una intención, por lo que la evaluación debiera ser sistemática y replicable con elementos cuantitativos y cualitativos”.
La coordinadora del Festival de Matemáticas de la UNAM estableció que con la revisión se pueden determinar los logros e identificar los alcances para mejorar el desempeño, lo cual posibilitaría cambios con el fin de obtener mayores habilidades y confianza.
En la práctica existen varias herramientas que valoran emociones, palabras y comportamientos, por lo que este tipo de estimaciones es indispensable en México para saber qué temas abordar ante las audiencias, dijo durante el ciclo Miércoles de divulgación de la ciencia.
La promoción del saber debe hacerse en una diversidad de formatos, pero los programas tienen que ir dirigidos a públicos específicos, definiendo las metas y considerando hacia quiénes se dirige la actividad.
Las redes sociales permiten hacer una captura métrica sobre un suceso y sopesar el antes y después, aunque también pueden aplicarse cuestionarios a distancia para conocer las asociaciones que los participantes hicieran sobre ciertos aspectos.
La divulgación está cerca de la educación no formal y contribuye al aprendizaje, al “bachear problemas que deja la instrucción” convencional y la intención de los festivales de ciencias es interesar a las personas; en el caso de las matemáticas se busca dar a conocer que es incorrecta la idea de que son aburridas, por lo que “necesitamos detectar estrategias que funcionen para este fin”.
El doctor Alejandro Azaola Espinosa, académico del Departamento de Sistemas Biológicos de la Unidad Xochimilco de la UAM, señaló que para detonar un cambio de actitud en quienes reciben la información se requiere tener el control inicial para medir los efectos del trabajo de difusión.
“Por ejemplo, sobre el uso de las mascarillas algunos alegan que no sirve para nada y que afecta la estética, ante lo cual nuestro esfuerzo debe orientarse a demostrar que salva vidas, evita propagar el virus y reduce la posibilidad de contagio”.
Las declaraciones del ex presidente de Estados Unidos Donald Trump, en el sentido de no portarla tuvo como consecuencias el relajamiento en su utilización en Nueva York, donde se han reportado más 541 mil casos de personas con coronavirus y 26 mil muertos, mientras que en Hong Kong, entre otros puntos geográficos, únicamente se han presentado 9,664 casos y 163 muertes.
Los especialistas intervinieron en la sesión Evaluación del impacto de la divulgación de la ciencia, del Ciclo: Miércoles de divulgación de la ciencia, organizado por la Coordinación General para el Fortalecimiento Académico y Vinculación de la UAM, la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica y el Proyecto de Divulgación de la Ciencia de la Unidad Xochimilco.
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