Por: Redacción
La Escuela Nacional Preparatoria (ENP) ha influido e influye en forma determinante en la construcción de nuestro futuro como país; junto con el Colegio de Ciencias y Humanidades, es la esencia y columna vertebral de la UNAM, afirmó el rector Enrique Graue Wiechers.
Tras encabezar la ceremonia de inicio de los festejos por los 150 años de la ENP, destacó que la evolución de este bachillerato, que actualmente atiende a poco más de 50 mil jóvenes, está marcada por la innovación y su compromiso con las mejores causas.
Es un semillero de sueños y un tesoro de talento que el país tanto necesita. Las historias de la ENP y de esta universidad están entrelazadas y a la vanguardia de su tiempo: “han influido en forma determinante en el devenir de nuestro pasado y en la construcción de nuestro futuro”, resaltó el rector.
Ante destacados preparatorianos, académicos, alumnos y egresados reunidos en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, Graue reconoció la labor de los docentes, a quienes les dijo: “son ustedes el pilar académico de este gran proyecto educativo. En ustedes recae, en buena medida, la responsabilidad de transformar a niños en adolescentes interesados en el mundo que los rodea, con sentido social, crítico, solidario y comprometido con el presente de nuestro país y con los retos a los que nos enfrentamos”.
Sepan ustedes, continuó, que la Universidad Nacional reconoce su sentido de compromiso, entrega y dedicación a la difícil e inacabable tarea de educar a nuestros bachilleres.
El rector Graue hizo un recorrido por la historia y trascendencia de la ENP, del edificio que la albergó durante más de 100 años y de la importancia que sus estudiantes y egresados han tenido para México.
En su oportunidad la titular de la Dirección General de la Escuela Nacional Preparatoria (DGENP), Silvia Jurado Cuéllar, expresó que la fundación de este bachillerato fue uno de los acontecimientos culturales más importantes del país. En 1867 el Presidente Benito Juárez nombró ministro de Justicia e Instrucción a Antonio Martínez de Castro y le encomendó la reestructuración de la enseñanza, que entonces estaba en manos del clero.
El 2 de diciembre del mismo año Juárez expidió la “Ley Orgánica de Instrucción Pública en el Distrito Federal”, en la que se estableció la fundación de la Escuela.
“Según Gabino Barreda, encargado de la refundación de la escuela, en este sitio se pugnaría por la igualdad de criterio que habría de producir la paz y el orden en el país. La educación científica sustituiría la fuerza de las armas por la de los argumentos”, aseveró.
“Hoy permanece su naturaleza académica, su compromiso con la cultura, su esencia tolerante y libre, su estructura ética y su sistema racional de trabajo. La Escuela Nacional Preparatoria es la síntesis de la inteligencia de la razón, del saber y la libertad”, remarcó Jurado Cuéllar.
En la ceremonia, a la que asistió el secretario General de la Universidad, Leonardo Lomelí Vanegas, y los directores de los nueve planteles de la EPN, también se entregaron reconocimientos a exdirectores generales de este sistema de bachillerato, y al decano de la ENP, el profesor Jorge Barragán Camarena.
Al término del evento, el rector Graue fue entrevistado sobre los recientes resultados del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA). Al respecto dijo que éstos reflejan que aún hay mucho por hacer en materia educativa y que la reforma en este rubro debe enfocarse a innovar la manera como se enseña: dejar el aprendizaje memorístico y avanzar hacia el aprendizaje significativo.
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