- Funcionarios de las secretarías de Educación Pública y de Agricultura y Desarrollo Rural participaron en Foro organizado por la UAM.
Por: Redacción/
Es sustantivo contar con nuevas políticas de vinculación que impulsen una economía social y solidaria que contribuya a la transformación del país y convierta “a la educación superior en una herramienta de cambio en la construcción de una sociedad más justa y de bienestar”, consideró el licenciado Ramón Cárdenas Villarreal, coordinador de Programas Especiales y Vinculación Social de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Desde la dependencia “se han detonado varios programas y acciones en la presente administración, aunque se busca más apoyo de las instituciones de educación superior para ir alimentando entre las propias comunidades y la sociedad en general alternativas que permitan entender lo que es la economía social y comunitaria en su complejidad”, señaló.
Por tanto, resulta fundamental “buscar los mecanismos, medios y acciones para no considerarla un ente marginal u otra política de libre mercado, individualista, competitiva y excluyente, sino que sea fuente de la generación de nuevas relaciones que permitan cambiar las condiciones de exclusión, pobreza, marginación y desigualdad”.
Al participar como conferencista magistral en el segundo día de actividades del 1er Foro UAM para repensar la economía social y solidaria, convocado por la Casa abierta al tiempo, el funcionario federal subrayó que esta administración se ha dado a la tarea de construir lineamientos, reglamentos y normatividades que se derivan de la implementación de la Ley General de Educación Superior, que plantea grandes desafíos importantes a autoridades y universidades.
“Sobre todo para unir esfuerzos que permitan hacer realidad el derecho humano a la enseñanza superior y lograr que la transmisión de conocimiento sea un instrumento estratégico para detonar y aprovechar con equidad e inclusión el enorme potencial que tiene México en su capital humano, recursos, diversidad cultural y en sus comunidades académicas e instituciones educativas”.
Cárdenas Villarreal dijo estar convencido de la importancia de construir políticas públicas que cuenten con el impulso, consenso y construcción colectiva, por lo que en el caso de la instrucción universitaria y bajo este nuevo enfoque la Subsecretaría de Educación Superior ha impulsado la construcción de una propuesta alrededor del emprendimiento asociativo y la instrucción dual.
La estrecha cooperación entre los distintos sectores ha llevado a prácticas económicas para desarrollar solidaridades comunitarias en territorios concretos bajo el respeto a la diversificación social y sus cualidades productivas y previo a la pandemia fue posible capacitar a 300 instituciones de educación superior en la cultura de la economía social y solidaria.
Junto al Instituto Nacional de la Economía Social (INAES) en 2020 arrancó la Estrategia Nacional de Economía Social, que consistió en impulsar nodos de economía social y solidaria, así como la consolidación mediante la atención y el fortalecimiento de cooperativas y la celebración de una reunión anual con rectores de universidades.
“Por medio de estos espacios se busca incidir en otros proyectos estratégicos como Gasolineras para el bienestar y el Aeropuerto Felipe Ángeles mediante el desarrollo de estudios de impacto ambiental, certificación de estándares de competencia laboral, capacitación y seguimiento administrativo de las estaciones de servicio y apoyo administrativo a grupos cooperativos de transporte alrededor de la estación portuaria”, enfatizó.
Para 2022 ha sido propuesta una reunión nacional con los titulares de estas instituciones académicas con la finalidad de generar capacidades institucionales y dirigir los trabajos de economía social y solidaria de manera más profunda, así como ahondar en la inclusión de contenidos curriculares y extra curriculares de educación financiera, cultura contributiva y economía social.
El doctor Héctor Manuel Robles Berlanga, docente del Posgrado en Desarrollo Rural de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), subrayó la importancia de transformar las políticas públicas que dejaron programas de carácter productivo, al menos durante los últimos 30 años, que sólo favorecieron la región norte del país.
A diferencia de los más de 150 programas que existían, ahora son pocos aquellos de carácter productivo, tales como Producción para el bienestar –que era antes Procampo y Proagro–, Sembrando Vida, Fertilizantes/producción y distribución, Bienpesca, Segalmex, Diconsa-Liconsa y precios de garantía.
“Salvo Sembrando vida todos se ubican en agricultura y tienen que ver con autosuficiencia alimentaria o en cultivar para que los productores coman y vivan bien, priorizando a los pequeños campesinos, sin intermediar los apoyos, buscando la transición hacia sistemas agroecológicos con un enfoque de derechos y respondiendo a las exigencias del cambio climático”, abundó el también director general de Organización para la Productividad de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Al participar como conferencista magistral, el académico reconoció que en los tres años de la actual administración es posible observar una disminución de la desigualdad en la distribución de apoyos, que ahora van dirigidos a los productores pequeños y de mediana escala y se transita a modelos agroalimentarios ecológicos, productivos y resilientes.
“Estamos por crear dos certificaciones –en Economía Social y Comunicación del Aprendizaje– para ofrecer a jóvenes y campesinos, para lo cual invitó a la UAM a que acompañe a la dependencia en este proceso de certificación, acompañamiento, investigación y medición”.
Lo que se busca es “transformar el campo y llegar al mediano y pequeño productor del sur-sureste y a las zonas indígenas, así como dar acompañamiento, hacer transición agroecológica y poner la economía social en acción”, puntualizó Robles Berlanga.
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