Por: Redacción/
Las ciudades se han convertido en espacios vulnerables que por un lado afrontan severas precipitaciones pluviales que generan inundaciones y, por otro, prologadas temporadas de sequía que provocan escasez de agua, razón por la que demandan cambios tecnológicos disruptivos y una eficiente gestión del vital líquido, afirmó la doctora Flor Yunuén García Becerra.
La profesora-investigadora del Departamento de Procesos y Tecnología de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) sostuvo que ejemplo de esta problemática son metrópolis en la India, Bangladesh y Nepal, en las que por las inundaciones el año pasado fallecieron mil 200 personas y millones fueron desplazados.
En tanto, Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, enfrenta la crisis hídrica más importante de la historia y podría ser la primera ciudad en los tiempos modernos en quedarse sin agua; el 16 de abril fue marcado como el Día Cero y desde entonces sólo pueden consumir 50 litros por persona al día.
Durante el Seminario Divisional de Ciencias Naturales e Ingeniería de la Unidad Cuajimalpa señaló que la contaminación se ha extendido a los océanos donde se calcula la presencia de cinco billones de trozos de plástico flotando en las aguas, con un peso aproximado de 270 mil toneladas, cantidad que excede seis veces la del plancton.
La doctora en Ingeniería Química advirtió que los efectos adversos se reflejan ya en el ser humano, un estudio realizado en Gran Bretaña con jóvenes sanos que seguían dietas comunes reveló que 86 por ciento de ellos registró la presencia en la orina de bisfenol A (BPA), químico usado para la fabricación de resinas duraderas y plástico de policarbonato.
Al dictar la conferencia Soluciones ingenieriles sustentables para ciudades del Siglo XXI: El caso del agua y saneamiento, la especialista señaló que más que la falta o abundancia de agua se trata de un problema de una mala gestión, por lo que consideró necesario modificar los metabolismos urbanos lineales por cíclicos.
Esto implica cambios tecnológicos disruptivos –infraestructura verde y remoción de microcontaminantes– así como el uso eficiente o el reúso directo del agua para reducir el desperdicio y tener una menor necesidad de fuentes externas.
El reúso, señaló, es un cambio en la gestión del agua que exige calidad y demanda sistemas de erradicación de contaminantes con soluciones sustentables. En la actualidad las grandes plantas de tratamiento convencionales son insuficientes, pero transformarlas o adicionarlas para que remuevan microcontaminantes resulta inviable por el elevado costo que significaría.
Como las de lodos activados emplean tecnología bacteriana que no logra remover en su totalidad muchos de los microcontaminantes, recomendó impulsar la investigación sobre otros tipos que puedan erradicar los contaminantes.
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