Por: Redacción

El presidente de la Junta de Coordinación Política, César Camacho, sostuvo que a pesar de que la relación entre el ciudadano y la autoridad por momentos parece de tensión, la Constitución siempre da primacía y derechos subjetivos al ciudadano, y cada vez más deberes jurídicos para la autoridad.

Al encabezar la presentación del libro: “Los mexicanos y el México del Constituyente 1916-1917”, de Vicente Quirarte, el diputado priísta destacó que “nuestra Constitución no sólo es vigente sino se mantiene viva por su viabilidad y sentido práctico, porque los mexicanos la hemos puesto al día, de modo que lo más importante es que sea útil para la convivencia social y, sobre todo, ponga en el centro al ciudadano”.

En el evento realizado como parte de los festejos del Centenario de la Constitución Política de 1917, el legislador señaló que “el texto constitucional, además de su fuerza normativa contiene aspiraciones y consigna derechos, con el deseo vehemente de que sean respetados y se den las garantías para poder llevarlos a la realidad”.

La obra impresa por el Consejo Editorial de la Cámara de Diputados, muestra un recorrido visual por el escenario nacional revolucionario. “Nos recuerda que conmemorar a la Constitución Política no es sólo revisar las discusiones de los constituyentes, sino poner atención a esa voces de angustia pero también de esperanza”.

Cesar Camacho subrayó que la obra presenta una nación cotidiana que nunca se detuvo, un pueblo que no paró ante la violencia y la destrucción revolucionaria, sino que trató de avanzar y lo consiguió. “Realiza una edificante reflexión acerca de lo que es el México de nuestros días. Es un testimonio más estético, bello, que acredita, como entonces, que la Constitución nos une y su Centenario nos reúne”.

Expresó que la Cámara de Diputados encontró una manera distinta de conmemorar el Centenario de nuestra Carta Magna, al hacer memoria no sólo de que ocurrió hace 100 años, sino recapitular lo que ha ocurrido en este periodo, y “en este cúmulo de sabores agridulces, advertir qué es aquello de lo que podemos aprender para que esa historia nos permita producir las decisiones correctas y evitar, hasta donde sea posible, los equívocos, los hierros”.

Entre las actividades a realizar en el marco de los festejos del Centenario de la Constitución de 1917, está la develación de un mural en la Plaza Legislativa, así como un obelisco editorial de 27 obras que comprenden 32 volúmenes relacionados con la historia, la política y el derecho.

En el caso de la obra de hoy, expresó, nos muestra el telón de fondo de los actores de esos acontecimientos y lo que estaba pasando en la vida cotidiana de los mexicanos, que por cierto nunca se detuvo.

“Esta obra trata de una historia, una descripción de la relación entre el texto y el contexto fundacional del México contemporáneo, nos muestra cómo en la letra de la Constitución plasmaron una realidad imperante, pero también tuvieron la aspiración de consignar principios y valores que eran compartidos por los mexicanos de entonces”.

Informó que se elaborará una segunda edición de mil ejemplares de la obra con la incorporación de los textos de la doctora Claudia Canales y el maestro Salvador Rueda.

Vicente Quirarte, autor del libro “Los mexicanos y el México del Constituyente 1916-1917”, mencionó que esta obra es visual, por lo tanto, se puede mirar y leer, ya que plasma la instantaneidad documental.

Indicó que el objetivo del libro es mostrar una narrativa a través de las imágenes de la vida cotidiana durante la época revolucionaría y son muchas las lecturas que pueden hacerse a través de ellas.

En su turno, Claudia Canales Ucha, doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México, estimó que el texto ofrece las referencias necesarias para situarnos no sólo en el contexto occidental de hace cien años, el de la gran guerra Europea que echó mano por primera vez de los ataques aéreos, sino, sobre todo, en la atmósfera cultural de aquel México.

En este libro, dijo, se evoca el año en que se reunió por segunda vez en Querétaro un Congreso Constituyente y “lo hace no mediante los avatares políticos de esa coyuntura, sino de la mano de los protagonistas de la prensa y de las letras, todos figuras notables de aquel joven siglo XX”.

Un texto, añadió, que sin inscribirse estrictamente en el género de las historias ilustradas ni tampoco en el de las gráficas, es eminentemente visual, como demuestra la cantidad de fotos que ofrece como su esmerada impresión. Por ello, es imprescindible hablar de las fotografías, protagonistas centrales en esta edición como la figura severa de Venustiano Carranza.

Salvador Rueda Smithers, integrante del Consejo Técnico Consultivo del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, sostuvo que este libro, elegante, pero no de ornato, bien trabajado, ligero, gentil, atractivo y útil, hace un llamado a la memoria y la inteligencia del lector.

La obra muestra el testimonio inalterable del vivir cotidiano durante la época revolucionaria, la cual era una sociedad en alerta, y en la que la Constitución de 1917 fue la victoria de los justos y la unidad nacional.

En el prólogo, César Camacho resuelve un viejo abrupto binomio de la historia y la poesía. Señala que la historia es lo sucedido y recordado, a través de relatos. “Nos sitúa en el centro del libro donde se reflexiona, a través de la literatura y las imágenes, los momentos precisos de los tiempos idos”, manifestó.

Consideró que la Revolución Mexicana, a diferencia de la Gran Guerra de Europa terminó como un aliento de esperanza, el alma fortalecida, lo cual permitió la construcción de instituciones para un buen gobierno que cerrara longevas cuentas pendientes con la sociedad.

José Luis Camacho Vargas, secretario técnico del Consejo Editorial de la LXIII Legislatura, afirmó que durante este primer año de ejercicio se ha cumplido con las encomiendas que la Constitución y la ley le otorgan que es legislar, representar, fiscalizar y controlar.

Reconoció que la Junta de Coordinación Política (Jucopo) ha hecho un gran esfuerzo para conmemorar no sólo a la Constitución, sino a ese grupo de hombres que se reunieron durante diciembre de 1916 y enero de 1917 para entregar ese documento fundacional.

Además, agregó, la Jucopo ha logrado honrar, tanto a los constituyentes como a la carta de Querétaro, con una serie de actos académicos, políticos, sociales y con una obra escultural.