Por: Redacción/
En un país como México, donde la forma de Estado es una república democrática, representativa y federal, el día de las elecciones es uno de los más importantes para toda la población, y no es para menos. En total, 89.1 millones de mexicanos podrán votar, quienes elegirán entre un total de 18 mil candidatos, a sus representantes y servidores públicos. Ambas cifras constituyen un récord a nivel nacional por el número de cargos de elección popular que están en juego.
Pero ¿qué hace posible que todo este proceso electoral suceda? Una de las frases clave tendría que ser las tecnologías de la información (IT), las cuales llegaron para quedarse en las elecciones, tanto en el inicio y la contienda, como en los resultados.
Inicialmente, hablemos de las encuestas como herramientas estadísticas y de proyección de resultados que albergan una gran cantidad de datos que son procesados en servidores de IT de alta capacidad. El flujo de los resultados de dichas encuestas demanda disponibilidad de información 24 horas al día, en tiempo real. Eso significa que si hubiera una interrupción eléctrica se perdería información irrecuperable, o que la proyección de resultados tendría un alto grado de error.
La infraestructura de IT que las casas de encuestas necesitan, abarcan un centro de datos y varios site regionales (salas donde se encuentran los servidores). Estos lugares demandan sistemas de alimentación ininterrumpido o UPS que puedan proporcionar energía eléctrica por un tiempo ilimitado a todos los dispositivos que tengan conectados. Esto es sumamente importante para que sea posible un monitoreo constante de información y alta disponibilidad.
Pero eso no es todo, para que toda esa infraestructura sea funcional, también se necesita de un ambiente adecuado a esa tecnología. Hablamos de la importancia de contar con aires acondicionados precisos que aseguren el nivel de operación óptimo y el procesamiento eficiente para que todo el análisis de información se termine en tiempo y así, sepamos qué candidato lleva la delantera en la opinión pública.
Pensemos en el 1° de julio. Después que se cierren las casillas en punto de las seis de la tarde, comenzará el escrutinio y cómputo de votos. Dos horas después, a las 20:00 horas, arrancará el PREP (Programa de Resultados Electorales Preliminares), un sistema cuyo objetivo es trabajar con las actas de escrutinio y cómputo ya recabadas por los CEDAT (Centros de Acopio y Transmisión de Datos). Con esto, se darán a conocer los resultados preliminares de la elección, previos al inicio del cómputo distrital, es decir, el conteo final de los votos.
Habiendo dicho esto, ¿pueden imaginar que un distrito regional se quede sin luz en pleno conteo de votos?, ¿que el sistema de resultados preliminar falle? o ¿que la red de internet no pueda transmitir información? Simplemente sería un escenario catastrófico.
La jornada electoral es uno de los retos tecnológico más importantes para los países. Todo tiene que funcionar a la perfección y se debe contar con la infraestructura necesaria para que nada deje de funcionar, aunque algo falle. Eso hace que las IT sean el verdadero protagonista de las elecciones pues no son cientos, sino miles de interruptores, servidores, escáneres, almacenadores, entre otros, los que participan en todo el proceso electoral. Tener un UPS confiable para estos equipos y poder gestionarlo, definitivamente no es cosa de juego. Si un censo de población ya es exigente, una elección es más complicada, ya que en muy poco tiempo se debe procesar sin errores, una enorme cantidad de información.
En países como Bélgica y Brasil las casillas electrónicas, ya se usan parcial o totalmente y ahí no solo es fundamental lo que se ha mencionado con anterioridad, también se debe sumar la necesidad del Internet de las cosas o IoT (por sus siglas en inglés), en donde la confiabilidad y disponibilidad deben ser aún más exigentes.
En definitiva, ninguno de los actores involucrados en la organización de una elección puede darse el lujo de dejar a la casualidad o a una infraestructura no confiable, un proceso tan complejo y de repercusiones tan importantes. Las elecciones, además de ser un suceso democrático, son una prueba de fuego para las tecnologías de la información, la disponibilidad de operación, las IoT, la calidad de la energía, el monitoreo y el control.
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