Por: Redacción/

Frente a la vulnerabilidad que padece por su ubicación, escasez de recursos naturales, problemas de movilidad y una desigualdad social creciente, la Ciudad de México requiere concretar una estrategia de sostenibilidad integral que incluya los planos económico, social, territorial y físico ambiental, afirmó el maestro Roberto Eibenschutz Hartman, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Al participar en el Foro Problemas Metropolitanos: Acciones para su Atención. Temática: La sustentabilidad en la Ciudad de México diagnosticó que ésta alcanzaría situaciones límites por su localización en una zona vulnerable, con un medio ambiente frágil derivado de su cercanía con “un cordón volcánico importante y una cuenca endorreica, lo cual genera problemas para 21 millones de personas que viven sobre lo que fue un lago”.

Las condiciones del subsuelo han empeorado por ser muy inestables y causan aceleración sísmica, aunado a que existen hundimientos considerables debido a la extracción de 70 por ciento del agua que consume la ciudad, aunque “nadie conoce la capacidad real del acuífero, pero sacamos más líquido del subsuelo que lo que se filtra. No hemos comunicado a la naturaleza que esto ya no es un lago y sigue actuando como si lo fuera”.

En la Universidad Iberoamericana, el académico del Departamento de Teoría y Análisis de la Unidad Xochimilco abundó que la red pública registra fugas de casi 40 por ciento y el agua es transportada desde una distancia superior a cien kilómetros y bombeada a una altura de dos kilómetros para ser usada una vez y luego desechada.

Para el Profesor Distinguido de la UAM la ciudad se está desindustrializando por lo que es necesario reciclar espacios con ramas productivas no contaminantes, en tanto que el desempleo generado se debe compensar para no alimentar delincuencia, violencia y sus problemas asociados.

Es conveniente fortalecer el sector de servicios, considerando que la economía informal ocupa ya a 60 por ciento de la población económicamente activa; por lo que debemos formar un nuevo espacio que demanda capacitación organizada para la nueva actividad económica, además de detener la especulación del suelo, que es la madre de todos los vicios”.

Sobre la dimensión físico ambiental, el investigador consideró de suma importancia revisar la estructura de la metrópoli de un solo polo y fortalecer otros centros de actividad económica, comercial y de oficinas que permitan mejorar el traslado de las personas. También es oportuno gravar los predios baldíos para que sean usados para fines productivos.

Las zonas de reserva ecológica deben destinarse para actividades productivas a fin de formar una barrera verde, ya que sólo de esta manera se podrá evitar la pérdida de zonas estratégicas del Valle de México.

El coordinador de Proyectos del Programa Universitario de Estudios Metropolitanos se pronunció por tomar medidas como retomar el pago de tenencia y retirar el subsidio a la gasolina para transporte privado, para castigar el uso del automóvil para mejorar el transporte público.

En la zona metropolitana “existen grandes desigualdades que se agudizan en los municipios conurbados que deben ser atendidas bajo nuestra condición metropolitana, por lo que debe haber un instituto de planeación metropolitana a fin de generar la capacidad para atender esta y otras problemáticas”.

La maestra Areli Carreón García, alcaldesa de la Bici de la Ciudad de México, afirmó que para resolver el problema de la movilidad en la ciudad se requiere dar voz a los ciudadanos para ser parte de la solución, y propuso convocar al Consejo Asesor de Movilidad y Seguridad Vial para acordar las medidas y acciones para mejorar la vida de la población.

“En la Ciudad de México hay 5 millones de coches para una población de casi 11 millones de habitantes, que en promedio realizan viajes de sólo 5 o 6 kilómetros, por lo que un tema a revisar es el presupuesto gubernamental que se destina a obras para uso de vehículos automotores”.

El ingeniero José Shabot Cherem, egresado de la Universidad Iberoamericana, precisó que de 1980 a nuestros días la mancha urbana creció 280 por ciento, de casi 62 mil a 235 mil hectáreas y la población pasó de 3 millones en 1950 a más de 20 millones en la actualidad, por lo que la infraestructura “es insuficiente y se debe robustecer, pero es plausible la decisión del gobierno de la Ciudad de México de ordenar lo que ya se tiene, como organizar el transporte público, reparar los trenes del metro y dar mantenimiento a la red pública de agua, aunque si la infraestructura, política del suelo y planeación urbana no son atendidos adecuadamente estaremos condenando a las familias a vivir lejos de sus centros de trabajo”.

El doctor Rodrigo Díaz González, subsecretario de planeación, políticas y regulación de la Secretaria de Movilidad de la Ciudad de México, reconoció que el crecimiento de la ciudad no se acompañó de la implementación de una infraestructura para transportar a la gran cantidad de personas que viven en la periferia, como se hizo en Seúl, Corea del Sur; Tokio, Japón o en Buenos Aires, Argentina, donde tienen redes férreas que conectan a las periferias, esto se agravó en nuestra ciudad por una visión administrativa disfuncional.

“En la Ciudad México tenemos una movilidad fragmentada que no se conecta entre sí. El plan gubernamental tiene la visión de un sistema total e integrado que, entre otras medidas, plantea el rescate de la red de trolebuses para llegar a 500 unidades en 2024. Es necesario conectar la red de transporte público con la periferia mediante la construcción del cablebus, pero también hay que considerar la creación de pistas para ciclistas pues la idea central es mejorar la calidad de viaje de las personas y reducir el tiempo destinado para desplazarse de sus casas a su trabajo”.

El Foro Problemas Metropolitanos: Acciones para su atención es una iniciativa del Consejo Regional del Área Metropolitana de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) para promover un diálogo entre académicos y representantes de organizaciones de la sociedad civil, iniciativa privada y funcionarios responsables de las áreas de medio ambiente del Gobierno de la Ciudad de México.