Por: Redacción/
Los migrantes procedentes de Honduras que ingresaron a México en octubre pasado no llegaron a robar a los mexicanos, sino a levantar la voz en contra de las injusticias del gobierno autoritario de ese país subordinado a Estados Unidos desde hace 90 años, afirmó en la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) el maestro Luis Omar García Sandoval.
El vocero de miles de personas que han recorrido el territorio nacional explicó que inicialmente había mil 500 hondureños organizados en asambleas cuya única intención era manifestarse en la frontera entre México y Estados Unidos, debido a que consideraban que carecían de los reflectores necesarios para generar un cambio.
Al dictar la conferencia Transmigración centroamericana explicó que conforme avanzaba, la caravana fue sumando adeptos, lo que por un lado ayudó a que creciera el movimiento y tomara mayor trascendencia, pero por otro fue desvirtuando el objetivo original.
García Sandoval, exiliado político en México, sentenció que el éxodo ha enfrentado una campaña de desprestigio, tanto en medios de comunicación convencionales como en redes sociales, con información presentada fuera de contexto.
El ejemplo más claro fue la supuesta declaración de una hondureña que menospreciaba la ayuda alimentaria, aun cuando “la señora es integrante de un grupo apoyado por la fundación de ultraderecha Provida, que le habría pagado tres mil pesos para que dijera que los frijoles son comida para cerdos”.
El pueblo mexicano ha tomado una postura en contra porque desconoce las motivaciones del movimiento, las cuales no se han difundido y como representante del grupo, el antropólogo considera necesario informar que Honduras es una nación que ya perdió la fe de que las cosas se solucionen en esa nación cuyo gobierno responde a intereses externos.
Honduras ocupa el primer lugar mundial en delincuencia y es el segundo país con mayor número de homicidios, sólo debajo de Siria, y las condiciones laborales no tampoco son favorables: en las maquilas los trabajadores reciben un salario de poco más de 20 pesos por jornada, con una hora de comida y sin permiso para usar el sanitario.
El control de esa nación por parte de Estados Unidos ha sido brutal, ya que en dicho territorio se encuentra la segunda base militar más grande en el mundo en la que se concentran cerca de 5 mil soldados estadounidenses abocados en el control de movimientos sociales en Nicaragua, El Salvador y Guatemala.
García Sandoval refirió que el interés del país vecino del norte inició en 1928 para explotar la producción de plátano, que es un producto fácil de sembrar y cosechar, la paga es mínima y el suelo es idóneo.
Los migrantes tienen claro que México no es el mejor lugar para cruzar y que incluso es conocido como el Paso de la muerte, por lo que antes de pasar las mujeres se inyectan una sustancia para dejar de ovular por tres meses porque saben que serán violadas en el camino a la frontera norte; también es conocido que para el crimen organizado niñas de entre 13 y 16 años vírgenes se llegan a cotizar en el mercado negro hasta en 30 mil pesos.
De los hombres hondureños existe un registro alto de desaparecidos, encontrados en fosas clandestinas o localizados sin órganos en algún hospital improvisado, como el caso de su propio hermano, concluyó el maestro Luis Omar García Sandoval.
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