En los últimos años, la frecuencia de la candidiasis –o candidosis– vaginal ha aumentado debido a que las mujeres han creado cepas resistentes con el empleo indiscriminado de antifúngicos que se pueden adquirir sin receta médica. “En consecuencia, cuando sufren una infección de este tipo no puede ser curada con facilidad”, señaló Laura Castañón, investigadora del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM.
La candidiasis es una infección originada por levaduras (hongos unicelulares) del género Candida; puede atacar a la piel, uñas y pelo, pero también tejidos y órganos internos. A la fecha se han identificado alrededor de 200 especies de ese género, 40 de las cuales están asociadas a patologías en humanos. De ellas, la más significativa por su importancia clínica es la Candida albicans, una de las causas principales de infección vaginal.
“Algunas especies de Candida forman parte de la biota de los humanos, sobre todo en la piel, las vías respiratorias altas, el tracto gastrointestinal y el tracto genitourinario. En las mujeres, C. albicans es un habitante normal de la vagina”, comentó.
La especialista aclaró que la reproducción exacerbada de C. albicans, u otras especies causantes de la candidiasis vaginal, está relacionada también a los cambios hormonales de las mujeres.
“Muchas veces esta micosis se presenta de manera cíclica una semana antes de los periodos menstruales o incluso después de ellos; las embarazadas suelen padecerla, sobre todo en los primeros tres meses de gestación”. Asimismo, se ha visto que el consumo de anticonceptivos y el uso de dispositivos intrauterinos pueden originarla.
Personas inmunodeprimidas, con mayor riesgo
La candidiasis también ataca a personas con alguna inmunosupresión. De este modo, si un individuo presenta fiebre y dolor en donde podría haber una infección por esos hongos, y además está en condiciones inmunológicas débiles por padecer una enfermedad como el sida, el médico debe considerar no sólo la posibilidad de virus o bacterias, sino de una candidiasis, y pedir un diagnóstico diferencial en laboratorio.
Debido a que los pacientes inmunodeprimidos con una enfermedad subyacente corren más riesgos de desarrollar una infección sistémica por Candida, los hospitales son los ámbitos en donde ocurren en mayor medida. Por eso, reiteró, el médico debe pensar que hay otros agentes etiológicos, como esas levaduras, que si bien no son causantes directos de muertes, sí están relacionados con otros padecimientos que tienen un desenlace negativo.
“Si una candidiasis profunda no es diagnosticada a tiempo, no se inicia un tratamiento y no se toman medidas para que el paciente recupere su inmunidad, la probabilidad de muerte es alta”, alertó.
En tanto, la superficial suele desaparecer al ser tratada oportunamente. El problema ocurre cuando el hongo llega por medio del torrente sanguíneo a tejidos y órganos internos y los infecta; hay casos a nivel renal, pulmonar, gástrico e incluso del sistema nervioso central. Ambas presentan signos y síntomas no específicos, de ahí que el laboratorio juegue un papel fundamental en el diagnóstico, concluyó.
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