Por: Redacción/
“Desde el principio tuve la idea de hacer mosaicos de piedras de colores en los muros ciegos de los acervos, con la técnica que ya tenía bien experimentada. Con estos mosaicos la biblioteca sería diferente al resto de los edificios de la Ciudad Universitaria, y con esto se le dio carácter mexicano”, expresó Juan O’Gorman en 1948, cuando ideó el ahora edificio más fotografiado de México.
Su construcción inició en 1950, y con un acervo de 80 mil volúmenes, el 5 de abril de 1956 la Biblioteca Central de la UNAM, en Ciudad Universitaria, abrió sus puertas.
Más de seis décadas después, con una colección general de 346 mil 728 títulos en 606 mil 925 volúmenes, un Fondo Antiguo y 500 mil tesis, casi todas ellas digitalizadas, su belleza y majestuosidad permanecen intactas.
Su historia comenzó cuando, en 1948, el arquitecto y pintor Juan O’Gorman fue invitado para que proyectara, con los arquitectos Gustavo Saavedra y Juan Martínez de Velasco, el edificio al que se había concedido una posición preponderante en el Plano de Conjunto de CU.
El programa constructivo se basó en estudios hechos por José Ma. Luján sobre el funcionamiento de las principales bibliotecas universitarias del mundo, y a partir de ello se creó una edificación dentro de las corrientes funcionalistas dominantes en esos años, destinada a almacenar un millón de libros.
En sus fachadas alternan las fajas visibles de la estructura de piedra volcánica, extraída del suelo del Pedregal; a continuación, espacios ocupados por vidrieras, para terminar con grandes superficies de ónix traslúcido de un hermoso color ámbar.
En determinados lugares los muros de piedra incluyen relieves del mismo material, con motivos inspirados en la tradición del mundo prehispánico. Las fachadas del gran cubo que forma el cuerpo vertical muestran en la base una franja de vidrieras y muros bajos que corresponden al piso abierto. Después se despliegan 10 pisos, con las composiciones pictóricas que hacen de este edificio la construcción emblemática de la Ciudad Universitaria, pues en él se lograron los mayores y mejores ejemplos de integración plástica.
Después de 25 años de vida se llevó a cabo la primera remodelación (1981-1983), con el objetivo de concebir un nuevo modelo de biblioteca, caracterizado por la interacción de los usuarios con las colecciones.
En el 2000 se realizó una segunda remodelación y distribución del acervo para recuperar la idea arquitectónica original de la planta principal y tener mejor iluminación natural. Además, se amplió el horario de servicio de 8:30 a 21:30 horas. Se recuperaron el jardín interior y la fuente de la entrada principal.
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