- De acuerdo con evidencias científicas, dietas como la mediterránea y la DASH pueden jugar un papel importante en la disminución de los valores de colesterol.
Por: Redacción/
Las enfermedades metabólicas y renales pueden originarse desde la vida intrauterina, cuando son recibidos estímulos de tipo nutricional provenientes de la madre y se da la programación epigenética en cada uno de los tejidos, lo que dará origen al individuo en desarrollo y establecerá cierta funcionalidad a nivel celular, sostuvo la doctora Claudia Paola Vázquez Cárdenas.
Al participar en el Foro virtual Problemas Metropolitanos: acciones para su atención –organizado por el Consejo Regional del Área Metropolitana de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (CRAM/ANUIES) y las universidades La Salle y Autónoma Metropolitana (UAM)– enfatizó la importancia de la alimentación en el cuidado de la salud.
“Si hablamos de los riesgos vinculados con el desarrollo de padecimientos metabólicos, cardiovasculares y su progresión a diabetes y otras debemos pensar en los orígenes; la dieta está vinculada a factores de riesgo significativos para el mal renal, la obesidad, la diabetes tipo 2 y la hipertensión”, apuntó la integrante del Centro de Innovación Médica Aplicada (CIMA) del Hospital General Dr. Manuel Gea González.
Esto puede traducirse en alteraciones de la programación funcional de órganos y tejidos clave: hígado, páncreas, tejido adiposo, músculo esquelético e incluso los centros de hambre y saciedad en el sistema nervioso central.
A lo largo del desarrollo embrionario y fetal “tendremos diferentes roles de cada uno de los que reciben esa programación y firma epigenética, lo que les dará destino celular, identidad funcional y capacidad de adaptación, por lo que cualquier alteración de la nutrición durante esas ventanas pueden llevarnos a una alteración y a la progresión” de complicaciones.
En el curso la vida, la dieta va a seguir influyendo en el riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares, regulando mecanismos biológicos intermedios, incluidos la sensibilidad a la insulina, el estrés oxidante, dislipidemia, presión arterial, tendencia trombótica, función endotelial e inflamación sistémica.
La especialista precisó que no basta con un consumo bajo en grasas, sales o azúcares para dicho control, pues se ha observado que la alimentación rica en fitoesteroides, proteína de soya, fibra y almendras mejora el perfil de lípidos y los niveles de PCR, marcador en el desarrollo de problemas cardiovasculares adversos a futuro.
De acuerdo con evidencias científicas, dietas como la mediterránea y la DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) pueden jugar un papel importante en la disminución de los valores de colesterol, menor riesgo de diabetes y la reducción de mortalidad en adultos, ya que son ricas en frutas, vegetales, leguminosas, nueces, granos enteros, cereales y pescado, muy contrario al tipo en el que predominan carnes rojas, grasas, bebidas y productos ultraprocesados.
El doctor Carlos Alberto Aguilar Salinas, especialista de la Unidad de Investigación en Enfermedades Metabólicas del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), indicó que la Ciudad de México es el área con mayor prevalencia de diabetes (15.7 en el ámbito nacional), por lo que es necesario tomar acciones basadas en evidencias y apoyarse en programas de prevención y control de las llamadas metabólicas.
Esto permitirá controlar dichos males, disminuir las cifras de pacientes y el número de casos no diagnosticados, así como aumentar la efectividad de los tratamientos, por lo que “las políticas de prevención de los padecimientos metabólicos deben ser una meta prioritaria, pero para esto se requiere trasladar la investigación clínica, epidemiológica y traslacional a políticas públicas”.
El endocrinológico y catedrático mexicano destacó que para tener éxito a largo plazo es preciso el trabajo multidisciplinario y la participación de diferentes áreas del conocimiento, para la implementación de programas comunitarios de prevención y la atención individualizada de los enfermos.
De ello ha resultado un portal de algoritmos que permite la autoevaluación del riesgo y diagnóstico asintomático, un comité multisectorial de alto nivel y seminarios de capacitación para profesionales de la salud en el tratamiento de males metabólicos.
“Aunque las estrategias para disminuir los crónicos son ampliamente conocidas, por factores personales y del entorno no se llevan a cabo; hay que facilitar a la población espacios en las que puedan tener actividad física, fácil acceso a alimentos saludables, así como información con enfoque al cambio y los beneficios de la toma de decisiones informadas”.
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