Por: Redacción/
A un año de la llegada del virus SARS CoV-2 a México se conoce mucho más de la enfermedad como tal, pero no así de sus múltiples repercusiones en cada esfera de la vida nacional, por lo que “como academia –con la perspectiva libre y crítica que nos caracteriza– estamos obligados a analizar y proponer alternativas para su mitigación”, señaló el doctor Eduardo Peñalosa Castro, rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), durante la inauguración del Foro virtual Visión multidisciplinaria UAM de los distintos escenarios pospandemia, convocado en coordinación con la Cámara de Diputados.
El Rector General de la Casa abierta al tiempo dijo tener la certeza de que la perspectiva académica sobre la situación que enfrentará el país en el periodo pospandemia será valorada en su justa medida por legisladores, asesores parlamentarios y la propia comunidad universitaria, pues ante los desafíos que se avecinan, la estrategia de proponer la información y la difusión científica representa una fortaleza que sirve de insumo para los tomadores de decisiones en la implementación de políticas públicas en beneficio de la población en general.
“Esta es nuestra convicción, pues la construcción de puentes y el establecimiento de diálogos manifiestan ante todo la vocación de contribuir desde nuestro ámbito a crear comunidad y ciudadanía, una responsabilidad social que la UAM comparte con la Cámara de Diputados.
La licenciada Dulce María Sauri Riancho, actual presidenta de la Cámara de Diputados, sostuvo que las sociedades que han sufrido pandemias –con alta pérdida de vidas humanas, de patrimonio material y cultural– nunca retroceden al momento idílico en que la enfermedad no se había presentado, sino que una vez pasada la emergencia resurgen para construir un futuro distinto.
Respecto de cuáles serán las características de ese futuro en México, aseveró que foros como el organizado con la UAM se orientan a presentar una perspectiva analítica y académica sobre la situación que enfrentará la nación en los sectores de la salud, la economía social y de infraestructura derivada de este trance tan amargo provocado por la mayor emergencia sanitaria en lo que va del siglo XXI.
Durante la mesa Estrategias futuras ante los escenarios de los nuevos virus y coronavirus, endemias, epidemias y pandemias, el doctor Felipe Bojalil Parra, investigador del Departamento de Atención a la Salud de la Unidad Xochimilco, advirtió que el COVID-19 no ha terminado y “estamos lejos de que eso suceda porque han surgido variantes virales, hay una enorme escasez de vacunas a nivel mundial y, en tanto no sea inmunizada una proporción muy elevada de la población global, no se logrará la protección total en contra de esta enfermedad”.
Un aspecto fundamental lo constituye la falta de inoculaciones para niños, un tema que debe avanzar rápidamente porque “de otra manera podemos nunca llegar a controlar una crisis de este tipo”.
Bojalil Parra subrayó la necesidad de planear desde ahora maniobras ante nuevas pandemias, endemias y sindemias; es un paso indispensable en la dirección correcta, pues “no podemos tener dudas de que vendrán otras amenazas a la salud y, de hecho, los efectos ante acontecimientos de esta naturaleza nos dejan como lección la prioridad de considerarse un asunto de seguridad nacional y establecer políticas públicas para prevenir, detectar y contener dichas amenazas”.
Entre otras propuestas consideró fundamental prepararse con investigación y desarrollo de conocimiento científico; una vez definidas las políticas dejar las acciones concretas y específicas a un cuerpo colegiado de alto nivel que sólo se base en consideraciones técnicas para la toma de decisiones, e impulsar el desarrollo científico y tecnológico.
En ese sentido advirtió que pretender que solo se haga investigación aplicada “con visión inmediatista” en temas previamente establecidos por el Estado, ataría las manos a la ciencia mexicana y comprometería gravemente el desarrollo del país.
También sugirió asegurar que toda la población tenga acceso a una red de hospitales en el plano nacional, incluyendo nosocomios de respuesta inmediata, además de fortalecer la Organización Mundial de la Salud y responder de inmediato a sus alertas y recomendaciones.
El doctor Carlos Contreras Ibáñez, investigador del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa, refirió que las condiciones de higiene mental de los mexicanos no eran desde antes del COVID-19 las más adecuadas, pues ya traíamos “una sindemia de problemas de adicciones, violencia intrafamiliar, relaciones interpersonales destructivas y, por supuesto, depresión, ansiedad y estrés”.
Como en muchos ámbitos, la pandemia vino a poner el dedo sobre la llaga en sectores sociales que están en primera línea, excluidos, viviendo circunstancias debido al encierro, a la atención que prestan a otros, a la falta de contacto y de redes de apoyo, lo que tiene consecuencias que “ya estamos viendo, por ejemplo, en nuestros estudiantes o personas cercanas”, en grupos de médicos, enfermeras y técnicos, pero que también se verán en el mediano y largo plazos.
“Nuestra población no era ni es aquella que mejor atención tenga y parte de las causas están en la poca cultura y el escaso reconocimiento que en el país tenemos hacia la salud mental”.
El doctor Contreras Ibáñez precisó que se requiere ciencia y un apoyo muy decidido a la investigación para que no se “deje caer el tejido social, la conexión humana y la voluntad por seguir adelante con una existencia ética y significativa”, por lo que se debe tomar “muy en serio” en la legislación y en la práctica, el enfoque biopsicosocial de la higiene mental porque no pueden disociarse el cuerpo, la mente y la sociedad.
El doctor Marcos López Pérez, docente del Departamento de Ciencias Ambientales de la Unidad Lerma, advirtió que el virus SARS CoV-2 es capaz de adoptar y adaptar características que le permiten infectar en forma masiva a gran cantidad de personas y de distribuirse fácilmente por el planeta.
La consecuencia de este tipo de dinámica viral derivará en la generación de cepas que evadirán de modo parcial la inmunidad que generan las inmunizaciones, lo que significa que el horizonte de vacunación planteado “no es real”, en el sentido de que aun cuando haya campañas, éste va a tener que actualizarse, con los consecuentes costos logísticos.
Resulta importante que a nivel legislativo los diputados contemplen que debe haber una alternativa, es decir, una táctica dual: por una parte, continuar los procesos de inoculación masiva, porque eso va a generar una barrera primaria y, por otro lado, desarrollar tratamientos y que se importen los que ya se están aplicando en otras poblaciones. En el estado de Tlaxcala se aplica el tratamiento Trn2 que facilita a las personas evitar la hospitalización y, por consiguiente, el agravamiento del estado clínico, comentó.
“Este tipo de terapias debe maximizarse e implementarse en toda la República mexicana porque va a contribuir a salvar vidas” y, en ese sentido, recomendó que el país se provea de una reserva transcendental de fármacos que ya han “demostrado ser efectivos con quienes tienen altas cargas virales”.
La doctora Claudia Haydée González de la Rosa, investigadora del Departamento de Ciencias Naturales y coordinadora de la Licenciatura en Biología Molecular de la Unidad Cuajimalpa, expuso que el estrés en condiciones crónicas puede ser muy dañino, por ejemplo, incrementa el riesgo de padecer ansiedad, depresión, problemas digestivos y de sueño, aumento de peso, de la memoria y deterioro de la concentración.
Incluso el de tipo crónico causa plasticidad adaptativa en el cerebro, llegando a provocar cambios estructurales y funcionales en tejidos y regiones cerebrales que pueden contribuir al desarrollo de desórdenes psiquiátricos.
Un programa integral de salud debe tomar en cuenta que los detonantes de estrés –incluido el estudio a distancia– deben ser atendidos y “todos debemos tener claro que aplicar estrategias temporales para una situación extraordinaria no representa una solución integral, pues esto requiere de una planeación y un desarrollo específico.
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