Por: Redacción
Un viaje al Caribe mexicano debe incluir la visita a alguno de los cientos de cenotes o cavernas acuáticas disponibles en los más de 120 kilómetros de franja costera entre Cancún y Tulum, como los que alberga el parque ecológico Kantun Chi.
Los cenotes son albercas naturales de agua cristalina conectadas entre sí y con el mar por corrientes subterráneas.
En la mayoría se han encontrado piezas prehispánicas e incluso prehistóricas, restos humanos y animales, cuya antigüedad se remonta a 14 mil años.
Las cuevas y grutas, comunes como los cenotes en la península de Yucatán, fueron también un espacio sagrado para los mayas. Eran el acceso al inframundo, donde habitaban dioses y espíritus, el lugar de descanso de todas las almas. Su enigmática oscuridad sigue cautivando en el presente, aunque ahora lo hace invitando a una aventura realmente inolvidable, especialmente para los niños.
Uno de los más característicos lugares es Kantun Chi, un parque ecológico de grutas y cenotes localizado en el corazón de la Riviera Maya.
Su nombre en maya significa “Boca de piedra amarilla”. En este mágico lugar se pueden explorar nadando, por sus aguas cristalinas, las grutas del mundo maya, que están llenas de misterio encanto y belleza, así como otros lugares fascinantes de la zona.
Kantun Chi, en la Riviera Maya, es uno de esos sitios donde procuran mantener una relación cercana con la naturaleza.
El ecoparque ofrece cuatro cenotes muy distintos entre sí, y lo mejor, una ruta subterránea de paisajes increíbles y pozas de agua sorprendentemente cristalina.
A lo largo de unos 50 minutos de recorrido entre estalactitas, estalagmitas, estrechos espacios y altas bóvedas, los guías nos revelan cómo se conformó este sistema de ríos subterráneos en la península de Yucatán, los grandes hallazgos que aquí han hecho los exploradores y la relación de estos espacios con la vida religiosa de los mayas.
La “grutaventura”, como le llaman en Kantun Chi al recorrido subterráneo, implica retos y sorpresas que se viven mejor en familia. Siempre acompañados de un guía, los visitantes se sumergirán en aguas transparentes y al mismo tiempo, de un color turquesa que invita al chapuzón.
Luego seguirán una ruta entre insólitas formaciones rocosas; volverán a nadar, escucharán el sonido incesante de las gotas filtrándose por la piedra caliza y se sentirán inmersos en la magia de un mundo totalmente desconocido.
Juntos llegarán a la salida para seguir disfrutando de los cuatro cenotes que completan la aventura en Kantun Chi.
El director del Fideicomiso de Promoción Turística de la Riviera Maya y Cozumel, Darío Flota Ocampo, refirió que el segmento que visita las zonas arqueológicas, practica la espeleología, el buceo en cenotes y cavernas, se está convirtiendo en un importante mercado mundial.
De hecho, dijo que poco a poco se consolida como opción adicional a las alternativas de playa y ecoturismo que el estado de Quintana Roo ofrece.
Agregó que en este momento se promueve con mayor interés el denominado turismo de aventura, que es buscado por un importante mercado a nivel mundial y que la entidad cuenta con las características naturales para ofrecerlo, siempre dentro de los más estrictos estándares de sustentabilidad y cuidado ecológico.
“Se busca la participación de hoteles, restaurantes y, en general, de todos los prestadores de servicios”, afirmó el funcionario.
Kantun Chi está sobre la carretera federal 307, apenas 90 kilómetros (56 millas) de sur de Cancún, 22 kilómetros (14 millas) de Playa del Carmen, y aproximadamente dos kilómetros (1 milla) de sur de Puerto Aventuras.
La entrada principal al parque está adornada con una pequeña pirámide y su nombre, Kantun Chi.
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