Por: Redacción/
Los talleres Jugando con mis emociones, mamá y papá también juegan continúan impartiéndose a 30 niños, adolescentes y mamás que viven en la zona oriente de la Ciudad de México a través de las aplicaciones de Zoom y WhatsApp, debido a la contingencia sanitaria por el COVID-19, informó la doctora María Elena Sánchez Azuara, investigadora de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En el contexto de la pandemia, el contacto se registra exclusivamente por vía remota desde las citadas plataformas, por lo que la metodología en psicodrama –acción y juego– cambia debido a que las actividades serán virtuales y los participantes realizarán dibujos y máscaras para hacer representaciones.
La académica del Departamento de Sociología comentó que hay varias modificaciones al programa que se imparte desde hace diez años, en particular las relacionadas con el aspecto lúdico, la pintura y la importancia de trabajar con el cuerpo, todo lo cual aporta al aprendizaje de lecto-escritura.
Estos cursos son esenciales porque están dirigidos a infantes con autismo, epilepsia y asperger, manifestaciones producto de los conflictos que viven en los entornos familiar, social y escolar.
A su vez, los adolescentes presentan problemas derivados de las condiciones que los rodean y que no les permiten una aceptación de sí mismos ni valorarse, lo que los lleva a buscar un vínculo de afecto en personas que cometen acciones ilícitas, incluido el narcomenudeo.
El objetivo principal de los cursos es “cambiar estas manifestaciones para que puedan recuperar sus capacidades y tratar de lograr un cambio”, subrayó la doctora Sánchez Azuara.
Los talleres tienen lugar los viernes a las 15:00 horas, una hora antes de lo habitual, debido a que los menores han demostrado que están cansados y aburridos, por no poder salir a jugar y convivir con sus amigos, “algo que los está estresando mucho y generando miedo, ansiedad y enojo”.
Los participantes viven en colonias aledañas a la Unidad Iztapalapa y pertenecen a familias de escasos recursos económicos que cuentan sólo con un celular, por lo que primero se trabajará con las mamás –aunque también participan tías y abuelas– para que les presten el teléfono o estén con ellos mientras reciben el video con las diligencias que realizarán.
“Estarán en conjunto entreteniéndose con plastilina y representaciones, entre otras tareas” y, una vez terminada esta parte, pasan al trabajo de dos cursos con mamás y adolescentes, porque este grupo cuenta con celular propio.
La académica de la Licenciatura en Psicología Social explicó que los talleres forman parte del servicio social y cada uno de los colectivos tiene a dos responsables que coordinan y apoyan; de acuerdo con la metodología del psicodrama, se definen como auxiliares que brindan soporte a los niños y a quien ejerce la supervisión.
Después de la contingencia sanitaria por el coronavirus, Jugando con mis emociones, mamá y papá también juegan seguirán impartiéndose en la Unidad Iztapalapa, de acuerdo con su propósito de reforzar en los más pequeños y los adolescentes “una imagen de sí mismos que les permita autovalorarse, sentirse seguros y en esa forma ser espontáneos, creativos y desarrollar un buen desempeño en todos los ámbitos”.
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