Por: Redacción
En México, cada año se registran cerca de 20 mil casos de anorexia y bulimia, siendo la población de entre 15 y 19 años de edad la más afectada, informó Tanía Villa, psicóloga de la Clínica de Obesidad del Hospital General de México (HGM) Dr. Eduardo Liceaga.
La anorexia, explicó, es un trastorno de conducta alimentaria que causa que las personas pierdan más peso de lo que se considera saludable para su edad y estatura.
Durante la adolescencia, especificó, hay mayor riesgo de padecer este trastorno, debido a que en esta etapa todavía se encuentran en formación las estructuras cerebrales, lo que provoca que el joven lleve a cabo conductas impulsivas; no tome en cuenta las consecuencias negativas de ciertas acciones; tenga pobre capacidad de planificación, juicio y baja tolerancia a la frustración.
El trastorno se caracteriza por el temor a aumentar de peso y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo, aun cuando su complexión se encuentra por debajo de lo recomendado.
Al tener esta percepción los pacientes comienzan con una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos, lo que trae como consecuencia alteraciones en el organismo como es desnutrición, anemia y pérdida de la calcificación de los huesos, la cual de no ser atendida puede llevar a la muerte.
Destacó que la anorexia se presenta tanto en mujeres como en hombres, pero en los últimos años se ha identificado un incremento importante entre los varones.
La psicóloga informó que dentro del Sector Salud, el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz cuenta con una Clínica de Trastornos de la Conducta Alimentaria, donde son atendidos de forma integral estos pacientes.
Mencionó que otros factores asociados a la anorexia son la depresión y la ansiedad, por lo que alertó a los padres de familia para que estén al pendiente de los estados de ánimo de sus hijos y, en caso de ser necesario, llevarlos con un especialista para que sean atendidos y reducir así posibles complicaciones a futuro.
Asimismo, consideró fundamental que desde la niñez se regulen los horarios de alimentación. Al día se debe consumir entre cinco y seis alimentos, es decir, las tres comidas fuertes, más tres o cuatro colaciones y evitar lapsos prolongados sin la ingesta de alimentos, esto ayudará a que los menores tengan hábitos adecuados de alimentación, concluyó.
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