Por: Melisa Carrillo
Un estudio del Instituto Politécnico Nacional (IPN) estima que en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) se generan 18 millones de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), equivalentes a 125 millones de toneladas, de los cuales menos de 10 por ciento son aprovechados y no tienen un adecuado manejo, por lo que la mayoría se tira a rellenos sanitarios y barrancas.
Entre los resultados del estudio, destaca que los celulares son el principal desecho que se genera, con 30 por ciento. En cuanto a peso, la mayor fracción corresponde a los electrodomésticos. Mientras que el tiempo de vida útil de la mayoría de los aparatos es de más de 3 años, pero en los celulares es de menos de 2.
El profesor Saúl Hernández Islas, de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (Upibi), señaló que hubo un incremento de entre 38 y 78 por ciento en la generación de los RAEE de 2010 a 2016; además, se identificó que más de 95 por ciento de la población está dispuesta a colaborar con el Gobierno para llevar a cabo un adecuado manejo de estos residuos y más de 70 por ciento, acepta pagar por su tratamiento.
Tan sólo, se calcula que con el apagón analógico serán desechados cinco millones 747 mil 174 de televisores durante diversos lapsos. Lo anterior, representa un alto riesgo de contaminación, principalmente por el plomo contenido en los cinescopios.
La investigación, en la que también participan el catedrático Fabián Robles Martínez y la egresada Marina Ivette Ruiz Mondragón, aplicó 523 encuestas electrónicas, de 16 preguntas cada una, a través de la plataforma QuestionPro, dirigida a hogares de la ZMVM.
Ruiz Mondragón explicó que la distribución y comercialización de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (AEE) se ha incrementado en los últimos años y ha provocado la generación de grandes volúmenes de residuos que, por los componentes que los integran, desencadena un problema ambiental y de salud.
El trabajo politécnico pretende concienciar a la población sobre los RAEE y el uso de los celulares, el cual es un aparato que se cambia frecuentemente, sin pensar en las posibles afectaciones al ambiente y a la salud, indicó la especialista politécnica.
“Aunque muchos de estos residuos son potencialmente valorizables y representan un mercado emergente, se encuentran presentes otros considerados como peligrosos, por lo que necesitan ser atendidos de manera particular para minimizar los riesgos y cumplir con el marco regulatorio vigente en materia de residuos peligrosos”, abundó.
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