Por: Redacción/
El Grupo Interdisciplinario de Análisis Territorial (GIAT), en el que participan investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), estudia la Dinámica territorial de la COVID-19, con el propósito de dar seguimiento a los casos de la enfermedad en entidades federativas y municipios de México para mostrar velocidad, intensidad y patrones geográficos de propagación.
El doctor Sergio de la Vega Estrada, profesor del Departamento de Política y Cultura, explicó en entrevista con UAM Radio 94.1 FM que este proyecto se generó en el Laboratorio Geoestadístico de la Unidad Xochimilco, creado en 2011 con presupuesto de la Red Temática de Pobreza y Desarrollo Urbano del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y donde “hemos trabajado en manejo estadístico y geográfico” para observar y proporcionar información sobre una diversidad de temas.
El GIAT busca producir un reporte gráfico dinámico –en formato PowerPoint– que contribuya “a la indagación sobre la pandemia que a todos nos preocupa” y, en particular, a aportar elementos que determinen la existencia de distribuciones espacialmente sistemáticas de los contagios activos y las defunciones por el coronavirus en el país.
“Pretendemos que el proyecto sea sintético y descriptivo”, por lo que en un principio se han elegido dos variables: casos activos y fallecimientos, ya que los resultados nacionales y estatales revelan diferencias sobresalientes.
La velocidad y la intensidad de la transmisión se manifiestan a ritmos distintos en cada estado, de tal suerte que puede afirmarse que hay 32 formas de la epidemia evolucionando en el espacio y el tiempo. Además, la visualización cartográfica de los datos sobre casos activos y defunciones permite identificar patrones territoriales de dispersión/concentración de la infección.
La idea es contribuir al mejor entendimiento de este fenómeno y proseguir estudios relacionados con la pobreza o la pertenencia a comunidades indígenas, entre otros asuntos.
Respecto de la metodología, De la Vega Estrada sostuvo que hay elementos relacionados con “las dos caras del problema que delimitan la emergencia sanitaria por el COVID-19: casos dictaminados como activos y tasa de letalidad como factor de daño final”. Los primeros consideran a aquellos confirmados en 14 días, lapso establecido en que aparece el padecimiento; el uno es el 26 de febrero de 2020 por haber sido el primero en los archivos, así es que la catorcena inicial se cumplió el 10 de marzo último.
Los decesos se acumulan por día transcurrido y los primeros fueron registrados el 18 de marzo, en el Estado de México y Durango, mientras que los datos son actualizados cada día, en función de la disponibilidad de la información.
Las fuentes para este trabajo son los reportes diarios desde los dos mil 457 municipios; el gobierno federal; el Conacyt, y la Secretaría de Salud, a partir del 15 de junio, lo que hizo posible precisar que 51 por ciento de circunscripciones tenía casos activos y 49 por ciento no.
Otro hallazgo ha sido que a escala municipal, la epidemia se ha dispersado de manera progresiva a lo largo del territorio nacional, sin embargo, se concentra en un conjunto caracterizado por la mayor densidad demográfica e interconexión.
La gobernanza local importa, en especial en lo que se refiere a las medidas de mitigación adoptadas por las autoridades en los niveles federal, estatal y municipal, así como por la capacidad para gestionar cada estrato del sistema de salud y la infraestructura hospitalaria ante la contingencia.
El equipo de expertos reportará cada dos miércoles mediante gráficas y mapas, así como con reseñas periódicas la dinámica espacial del COVID-19. Esto comprenderá la clasificación de los estados en tres partes, con la finalidad de expresar etapas de los procesos: meseta, cima y ascenso de la pandemia.
El orden expresa la fecha de mayor complicación hasta el momento en cada entidad, debido a que “el comienzo de cada curva señala el inicio de los registros, aunque la denominación de meseta asume cierta constancia que no es un descenso garantizado, pues por lo visto un rebrote es posible”.
En el Grupo I –Meseta de la pandemia– se encuentran Chihuahua, Querétaro, Baja California, Ciudad de México y Yucatán, con fecha 15 de junio: Chihuahua alcanzó lo alto el 18 de mayo, con 654 casos activos desde el 13 de marzo y llegó a la cima en 66 días, con una tendencia a la estabilidad o el descenso.
Querétaro es segundo en orden de cima –mayo 22– y segundo en días transcurridos para alcanzarla: 73; sus casos más altos 519. Completan este segmento las entidades que alcanzan lo alto antes de la línea de 14 días: Baja California, 1,766 casos en mayo 26; Ciudad de México, 10 mil 670 en mayo 28, y Yucatán, 711 en mayo 29.
El orden se da por el tiempo en llegar a lo alto, pero “no debe descuidarse la lectura del comportamiento general de la gráfica”, en virtud de que Querétaro, Ciudad de México y Yucatán tienen una parte sostenida en la gráfica y esto sugiere un proceder determinado, pero es necesario dar seguimiento a este fenómeno dinámico con la lectura de próximos análisis.
Como ejemplo de las variaciones generadas, Baja California Sur tuvo la cima antes de la Fase Tres, en abril 15, por cerca de un mes, pero a finales de mayo empeoró su situación.
Respecto del Grupo II –cima, procesando el momento más alto– “el 15 de junio ocho entidades la desarrollaban entre las líneas de cambio –14 y siete días previos– lapso en que llegaron al punto más prominente: Guerrero, Hidalgo, Morelos, Sonora, Veracruz, Estado de México, Chiapas y Sinaloa.
En el III –Ascenso de la pandemia– se encuentran 19 estados y puede denominarse así “por la tendencia visible, figurando San Luis Potosí, Coahuila, Oaxaca, Aguascalientes, Tamaulipas, Michoacán, Guanajuato, Tabasco, Baja California Sur, Campeche, Quintana Roo, Tlaxcala, Nuevo León, Jalisco, Colima, Nayarit, Durango, Puebla y Zacatecas.
El GIAT contribuye así a la construcción de la nueva realidad y la problemática sanitaria en curso obliga a reflexionar, posicionando a la UAM frente a una comunidad ávida de conocimiento para una toma de decisiones consciente y orientada al bienestar de la población.
La idea del estudio es explicar la dinámica territorial de la enfermedad desde la accesibilidad a los servicios de salud; las vías de comunicación; la estructura por edades; la densidad poblacional y los grados de marginación y pobreza.
El GIAT es integrado por Araceli Ruiz Peña, consultora independiente; los doctores Adolfo Sánchez Almanza, académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM; Álvaro López Lara y el licenciado Javier E. Jiménez Bolón, profesores del Departamento de Relaciones Sociales de la Unidad Xochimilco, y De la Vega Estrada. Los tres docentes de la UAM son también miembros del citado Laboratorio.
Reporte completo del estudio Dinámica territorial de la COVID-19:
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