- La violencia de género se ha convertido en un problema grave en el que una de cada tres mujeres ha sufrido abuso psicológico o ha sido agredida física o sexualmente.
Por: Redacción/
La violencia de género se ha convertido en un problema grave en el que una de cada tres mujeres ha sufrido abuso psicológico o ha sido agredida física o sexualmente; una de cada cinco ha sido acosada y una de cada 20 violada, de acuerdo con un informe de la Comisión Europea, alertó la doctora Adriana Gil Juárez, académica de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Al impartir la conferencia magistral Visibilizar y dimensionar las violencias sexuales y de género en las universidades: en búsqueda de la responsabilidad universitaria, señaló que las instituciones de educación superior no están exentas de esta situación que sucede por parte de catedráticos o profesoras y entre el alumnado.
La doctora Gil Juárez colabora como investigadora principal de un proyecto para dar visibilidad a la complejidad y los matices de la violencia sexual y de género (VSdG) en las universidades, en el cual intervienen cinco instituciones y especialistas en estudios de género, pedagogía y metodologías de la investigación social, cuántica y cualitativa, con un equipo base en Latinoamérica (México, Ecuador y Brasil) y en Europa (Cataluña, Madrid, Euskadi, Reino Unido e Italia) para que el conocimiento sea discutido en distintas perspectivas y saberes.
Al participar en el Ciclo Permanente de Conferencias del Posgrado en Psicología Social de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) expuso que el objetivo es desarrollar políticas e intervenciones más comprometidas y menos discriminatorias, diseñadas como respuestas a este problema y encontrar una diversidad de nuevos enfoques y perspectivas que nutran el contexto de las violencias de género en las universidades, desde el marco teórico, el diseño de las metodologías, los avances, los focos de interés y la presentación de resultados.
La académica explicó que las VSdG son todas aquellas que tienen su origen en una versión estereotipada de los géneros y en las relaciones de poder que ésta conlleva o en las que se basan. A causa de esto, afectan sobre todo y con más fuerza los cuerpos de las mujeres y de las personas no normativas sexualmente (bisexuales, lesbianas, homosexuales) o genéricamente (trans, queer).
Uno de los grandes desafíos que presenta el abordaje de esta problemática en los contextos universitarios es la asunción de responsabilidades y rendición de cuentas que las mismas escuelas han de tener.
La dificultad de este reto es incluso más amplia cuando se han de abordar las violencias sexuales digitales en las instituciones de educación superior, ya que en la mayoría de las ocasiones no aparecen en políticas ni protocolos universitarios, quedando invisibilizadas y entendidas como ajenas, puntualizó.
Muchos estudios se centran sólo en uno de los aspectos que habla de acoso o de violencia hacia las estudiantes, pero no precisan las ocurridas a académicos y personal administrativo, por ello se requiere un análisis multidisciplinar y de efectos secundarios, así como estudios en los que se incluya a toda la comunidad, indicó la especialista.
El proyecto Visibilizar y Dimensionar las Violencias Sexuales y de Género en las Universidades se divide en cuatro fases y el grupo de investigación se encuentra en las dos primeras que contemplan la revisión sistemática de la literatura sobre el tema con un enfoque particular en realidades mixtas on-line/off-line; análisis de documentos de encuestas nacionales e internacionales; el desarrollo de grupos focales en las universidades participantes y en algunas asociadas, así como la organización de debates virtuales internacionales y multidisciplinarios entre los miembros de la colectividad.
De acuerdo con la doctora Gil Juárez también se lleva a cabo como estudio hermano Aprendemos juntas. Respuestas a las violencias sexuales y de género en las universidades catalanas y mexicanas que busca visibilizar las VSdG, sensibilizando a la comunidad y a la administración y poniendo de manifiesto la magnitud de esta problemática en los campus.
Además se orienta a identificar ejemplos de buenas prácticas de respuesta a situaciones de VSdG en instituciones catalanas y mexicanas de la región del Altiplano central, con el fin de aprender de manera conjunta y contribuir a la mejora de la atención universitaria.
Los equipos de trabajo mexicano y catalán han realizado una búsqueda de campañas de sensibilización, tanto institucionales como de colectivos feministas o de estudiantes, al mismo tiempo que han analizado los protocolos vigentes en materia de violencias sexuales y de género.
También elaboró un proceso de identificación de informantes clave y realización de entrevistas, con el objetivo de ahondar en los modos de actuación ante las VSdG y actualizar informaciones de proyectos realizados con anterioridad.
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