Por: Redacción
Todos los ojos están en los suyos. Ciriaco Tista Olmos, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, logró que su trabajo fuera escrutado más allá del Atlántico. Con altura de miras, obtuvo el denominado “III Premio Laboratorios Ovejero”, que otorga la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España (RACVE).
El galardón, que reconoce el desarrollo, formación y aplicación de investigaciones en esta área, y es patrocinado por laboratorios internacionales y empresas relacionadas con el sector de las ciencias veterinarias, le fue conferido al oftalmólogo de animales por su investigación “Aspectos relevantes de la evolución embriológica en ojos del pollo doméstico (Gallus gallus)”.
El universitario recibió diploma, estímulo económico y el reconocimiento de sus pares ibéricos en una sesión en donde se presentaron los trabajos ganadores.
“La FMVZ es la escuela número 67 entre 35 mil universidades del mundo en materia de veterinaria. Desde hace 47 años estoy aquí, entregado a la facultad, y esta distinción es importante también para la Universidad, porque refrenda su calidad educativa internacional”, resaltó.
La investigación
Ciriaco Tista es, quizá, el único oftalmólogo de animales que no sólo se dedica a perros, gatos y equinos. No obstante, expuso que la oftalmología comparada está un poco olvidada, situación compleja porque 97 por ciento de los animales, desde insectos hasta víboras, poseen ojos para subsistir.
Su trabajo versó sobre la evolución embriológica del ojo, aunque reconoció que es difícil saber ese proceso. Por ejemplo, en un elefante sería muy complicado por las diferentes etapas de desarrollo del embrión: de un mes, de tres y cinco. Pero en el pollo, que fue el animal en el que se realizó la investigación, “fue más rápido, pues de huevo a pollo sólo transcurren 21 días”.
Hay animales que ven de día y de noche, o los que únicamente lo hacen en la oscuridad, como los búhos, tecolotes y zarigüeyas; la fauna de visión nocturna alcanza de un 15 a 20 por ciento del total, apuntó.
Los de visión diurna tienen ojos adaptados para cualquier hora del día, y de acuerdo con eso es el desarrollo de este órgano. Es importante la posición de los mismos en el cráneo: los hay de frente, como los de los humanos y de los grandes depredadores (leones, tigres y pumas), cuyos ojos además son de gran tamaño debido a sus necesidades de caza: las órbitas ocupan hasta el 33 por ciento de sus cráneos.
“Algunos otros los tienen de forma lateral, como los caballos, porque son redados, no cazadores. También hay los que no ven (tres por ciento), que viven en cavernas toda la vida y no tienen acceso a la luz, pero han desarrollado otros sentidos”, comentó.
La visión, concluyó, la dan las células receptoras, que son los conos y los bastones. “Algunos animales ven colores que nosotros no, o al revés, pero en todo caso el ojo no es el que realmente ve, sino cerebro; el ojo es sólo la cámara que retrata la vida”.
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