Por: Mugs Redacción
Comparado con países de ingresos equivalentes y según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el lugar 11 en capacidades de redacción. Somos una nación con un nivel educativo promedio bajo y nos es fundamental contar con una capacidad adecuada de redacción.
“Por ello trabajamos en el Sistema Tecnológico de Gestión del Conocimiento en Línea (STGCL)”, detalló Julio Collado, responsable del Programa de Genómica Computacional del Centro de Ciencias Genómicas (CCG) de la UNAM.
Se trata de una infraestructura de edición para cualquier documento académico, en el que primero el usuario/alumno ingresa uno y después se le asignan revisores (compañeros de clase) para evaluar su claridad, comentar e incluso sugerir cambios de sintaxis, palabras, ideas y orden de párrafos. Además, se facilita un diccionario para comprender voces técnicas.
Una vez formuladas las sugerencias, éstas son verificadas por el profesor en su papel de editor, quien se comunica con el autor para informarle cómo mejorar y lograr la aceptación de su texto. Se busca poner esta infraestructura al alcance de cualquiera; mientras, se prueba con la comunidad académica del CCG.
“Realizamos encuestas a fin de que los alumnos externen su opinión, relaten que tan fácil es usarlo y nos planteen cómo mejorar el sistema”, resaltó.
Un recurso indispensable
Vivimos rodeados de un exceso de información en Internet; tenemos explicaciones y respuestas a lo que sea, pero carecemos de certeza sobre qué tan verdadero o correcto es lo que uno lee, apuntó el investigador.
Estamos en la era del fin de la impresión del papel; hoy todo se sube a la red y podemos hallar bibliotecas enteras en línea. Sin embargo, no existe un sitio veraz, donde el conocimiento esté bien explicado y sea confiable, consideró Collado.
Por ello, el STGCL busca motivar la adquisición de nuevas habilidades y de aprendizaje. Inventar un sistema que capte una pequeña fracción del esfuerzo de las personas al cultivarse y formarse representó un estímulo para nosotros, refirió.
Este proyecto tiene varios años de desarrollo; uno de los mayores retos ha sido entender la vanguardia en el rubro y visualizar las herramientas disponibles en el mercado. Otro punto ha sido la escritura; desgraciadamente, el nivel de redacción no siempre se relaciona con el académico, uno esperaría que esto mejorara con cada ciclo escolar, pero no siempre es así.
Para perfeccionar la iniciativa, este semestre pedimos que los usuarios manejen textos más pequeños para abordarlos con mayor facilidad, destacó.
El proyecto estaría listo en la primera mitad de 2017 y aún se pondera si será patrocinado por donaciones, se mantendrá con publicidad o si se ofrecerá a universidades mediante pago o suscripciones.
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