Por: Vicente Flores Hernández

El doctor Miguel Cervantes Ramírez, del Instituto de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), realiza pruebas de digestión en animales para conocer el aprovechamiento de los alimentos que ingieren en virtud de que puedan producir más: “Realizamos pequeñas modificaciones anatómicas en el intestino de los animales con el fin de conocer cuánto consumen de cada nutriente y luego ver –utilizando una cánula- al final del intestino delgado, cuánto no se aprovechó, y al comparar estas diferencias hacemos un cálculo de lo que sí se aprovechó de cada nutriente”.

El grupo de trabajo del especialista en producción animal también emplea técnicas moleculares para este estudio, con las que analiza la composición de aminoácidos (que conforman las proteínas) en alimentos como los cereales, las pastas de oleaginosas, incluso en los subproductos animales, ya que la digestibilidad de los aminoácidos es uno de los factores para evaluar la calidad de la dieta y la respuesta productiva de los animales.

“En el laboratorio analizamos la expresión de algunos genes que regulan el funcionamiento de proteínas en el intestino delgado, y otras células del animal, como las del hígado o del músculo, para ver la absorción de nutrientes y el nivel de aprovechamiento de los mismos”, comentó el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.

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El investigador Miguel Cervantes Ramírez, del Instituto de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

En el Valle de Mexicali se cultivan alrededor de 40 mil hectáreas de alfalfa, cuyo mercado principal para esta producción son las ganaderías lecheras de Baja California, algunas engordas de bovino de esta misma región y establos de otros estados del país. Ante esta demanda se hizo necesario conocer la calidad nutricional de esta leguminosa para que los ganaderos pudieran establecer las dietas de los animales y los agricultores produjeran alfalfa de alta calidad nutricional para ganado.

En vista de que la calidad nutricional del heno de alfalfa producido en el Valle de Mexicali es muy variable y está relacionada con diversos factores, entre ellos la madurez de la planta, la presencia de maleza y la estación del año en que se produce, el especialista en nutrición animal desarrolló un sistema de clasificación en el que se realizaron estudios de composición de nutrientes, digestión y comportamiento en animales, para lo cual fueron seleccionados cinco predios cultivados con alfalfa en suelos y zonas representativas del valle.

A partir de la composición de nutrientes se pudo determinar la calidad nutricional de los alimentos para ganado — también llamados forrajes —, sin embargo, este análisis se validó con estudios de digestión, ya que los animales son el mejor indicador de la calidad nutricional de los forrajes.

Con este sistema se buscó mejorar las condiciones de comercialización del heno de alfalfa producido en el Valle de Mexicali, tanto para los agricultores, los productores de alfalfa y para los ganaderos compradores del forraje. Este proyecto contó con la colaboración de los integrantes del Sistema Producto Alfalfa de Baja California.

En los últimos años, el investigador del Departamento de Producción Animal y su equipo de colaboradores tienen proyectos orientados a entender cómo el calor afecta la fisiología y el metabolismo de los animales.

En Mexicali la temperatura media en el verano es de 30-32 grados Celsius (°C), pero a partir de las 10:00 horas puede alcanzar hasta los 50 °C, situación que estresa a los animales y a la personas, razón por la que el doctor Cervantes Ramírez lleva a cabo algunos estudios para conocer cómo el calor durante el verano afecta la fisiología digestiva y el metabolismo de los animales en esta zona.

Lo temperatura intestinal de los animales destinados a actividades agropecuarias de la región que los especialistas han monitoreado muestra un incremento de 1 a 2 °C durante los meses de calor en comparación con los meses en los que el calor no es tan intenso; entonces, el aumento en la temperatura puede ocasionar daños en el epitelio intestinal y en otros tejidos, y provocar que la producción ganadera disminuya.

“Queremos identificar los nutrientes que se absorben bajo estas condiciones de temperatura, y cómo afecta el calor el metabolismo o la conducta de los animales, porque son muchos los cambios que ocurren en las células de los animales cuando están expuestos a temperaturas superiores a los 40 °C. Además, tenemos la hipótesis de que los daños provocados por el calor en la estructura intestinal de los cerdos podría ocurrir en humanos debido a que sus sistemas digestivos son parecidos”.