Por: MUGS / Redacción
Este 31 de octubre el asteroide 2015 TB145 pasará a una distancia de unos 525 mil kilómetros de nuestro planeta, lo que equivale a 1.3 veces la distancia media de la Tierra a la Luna. Y, si el clima lo permite, será estrechamente vigilado por un equipo de astrofísicos en Tonantzintla, Puebla.
Lo anterior, en el marco de un programa de monitoreo de asteroides que ha arrancado en el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), centro público de investigación del Conacyt, que ha renovado, para éste y otros proyectos, la Cámara Schmidt, el telescopio histórico con el que se realizaron miles de descubrimientos astronómicos entre las décadas de los cuarenta y noventa del siglo veinte.
En entrevista, el Dr. José Ramón Valdés, investigador del INAOE, comenta que el tamaño de este asteroide se ha calculado entre 280 y 620 metros y es el mayor acercamiento de un asteroide grande desde el 3 de julio de 2006, cuando el asteroide 2004 XP14 pasó a 1.1 veces la distancia a la Luna.
“Aunque el acercamiento de un asteroide grande no es muy común, el paso de asteroides medianos es mucho más frecuente, se estima que el número de asteroides de entre cien metros y un kilómetro cercanos a la Tierra es de unos 19 mil 500 y la mayoría de estas rocas cósmicas aún no han sido descubiertas. El número de asteroides pequeños, menores a cien metros, es mucho mayor. De ahí la importancia científica y desde el punto de vista de seguridad del planeta, que tienen los sistemas de búsqueda y monitoreo de asteroides, en particular de aquellos que se conocen como Objetos Cercanos a la Tierra y más aún de los llamados asteroides potencialmente peligrosos. Estos últimos pueden tener una distancia mínima de intersección orbital con la Tierra menor a 750 mil kilómetros. Un asteroide mediano definitivamente tiene la capacidad de destruir un área metropolitana si llegara a caer en el lugar adecuado”, añade.
El asteroide 2015 TB145 fue descubierto apenas el 10 de octubre pasado por el telescopio Pan-STARRS1, operado por el Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawai, uno de los sistemas en el mundo dedicados a la búsqueda de nuevos asteroides.
“Hasta la fecha se conocen poco más de 13 mil asteroides cercanos a la Tierra y, en lo que va del año, se han descubierto mil 215 nuevos objetos de este tipo. Tan importante es descubrir un asteroide como desarrollar campañas sistemáticas de monitoreo una vez que son descubiertos. Disponer de un mayor número de observaciones de un determinado asteroide permite calcular elementos orbitales más precisos y determinar con mayor certidumbre su posible peligrosidad para producir un impacto en la superficie de la Tierra”, subraya el investigador.
Con el objetivo de incrementar el número de observaciones de asteroides cercanos a la Tierra se ha creado una red internacional de monitoreo de asteroides donde participan más de 40 países. “Con el objetivo de insertar a México en esta importante tarea, en la coordinación de Astrofísica del INAOE nos dimos a la tarea de renovar la histórica Cámara Schmidt de Tonantzintla, inaugurada en febrero de 1942”, notifica el astrofísico.
“El proceso de reactivación de la Cámara Schmidt consistió en colocar una nueva capa de aluminio, como superficie reflectora, sobre el espejo de 77.4 centímetros del telescopio; limpiar la lente correctora de 66.04 centímetros que se utiliza para corregir la aberración esférica que produce el espejo; instalar y poner a punto un nuevo sistema de control del telescopio e implementar un nuevo sistema de adquisición de imágenes que había sido previamente instalado cuando las condiciones de contaminación lumínica en Tonantzintla impidieron seguir utilizando las tradicionales placas astronómicas que la Cámara Schmidt utilizó desde su inauguración”, agregó el científico.
“Una vez terminado el período de prueba de la renovada Cámara Schmidt hemos constatado que las mejoras se han traducido en un sustancial incremento de las prestaciones de este histórico telescopio, lo cual, por un lado, nos permite sobreponernos a la contaminación lumínica, ya que los tiempos de integración de nuestras imágenes son sustancialmente menores y, por otro lado, nos han permitido obtener imágenes de asteroides muy débiles cuyos flujos no podíamos detectar antes del proceso de restauración. En las condiciones actuales somos capaces de observar asteroides que son 32 veces más débiles que los detectados con anterioridad”, dijo el Dr. Valdés.
Finalmente, el investigador añadió que para el INAOE es “una satisfacción muy grande que la Cámara Schmidt se reinserte en las observaciones astronómicas modernas, dedicada a tiempo completo a campañas permanentes de observación de asteroides cercanos a la Tierra, de asteroides potencialmente peligrosos y de aquellos que, en un futuro no muy lejano, puedan ser objetivos de futuras misiones de la NASA. Las observaciones que realizaremos también nos permitirán conocer algunos parámetros físicos importantes de los asteroides como son su período de rotación, forma y tamaño, así como la inclinación de su eje de rotación. Conocer estos parámetros físicos es muy importante porque si descubrimos que alguno de estos objetos es capaz de colisionar con la Tierra en el futuro, la magnitud del daño dependerá de las condiciones físicas del asteroide; es decir un asteroide más grande, más masivo y más rápido es, potencialmente, más peligroso que uno más pequeño, menos masivo y más lento”.
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