Por: Redacción
El director general del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), Federico Patiño Márquez, resaltó que en caso de que una devaluación del peso frente al dólar impactara en la inflación, repercutiría en el presupuesto que se definió en su origen para la construcción de la nueva terminal aérea.
En reunión con la Comisión Especial de seguimiento a la construcción del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, mencionó que cada año la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ajusta el presupuesto de cada uno de los proyectos que están registrados en la carta de inversión, uno de los cuales es la obra aeroportuaria.
Comentó que el futuro aeropuerto debe estar listo para el 20 de octubre del 2020 y que “van en tiempo”, pero consideró que puede haber retrasos y deben esperar a ver cómo termina la inflación este año.
En cuanto al financiamiento, tanto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) como del sector privado, indicó que “eso va cambiando por el tipo de cambio.
El nuevo aeropuerto es un proyecto de alto impacto y de desarrollo para el país, que viene a detonar la actividad económica de la zona. “Mientras algunos están pensando en hacer muros, nosotros estamos aquí construyendo la puerta de México al mundo”, expresó.
Manifestó que de no construirlo se tendría una demanda insatisfecha de aproximadamente tres mil millones de pasajeros, y eso implica renunciar a un 3.3 por ciento del Producto Interno Bruto.
Cuando esté en funciones, el aeropuerto dará servicio a 68 millones de pasajeros y su edificación habrá creado 160 mil empleos; además, sería el segundo más grande a nivel mundial, agregó.
Sobre la consideración de que si el financiamiento es o no deuda pública, aseguró que “no lo es, ya que hay un criterio expreso de la SHCP de que no está registrada como deuda pública, porque no hay recurso del acreedor contra el deudor. Fue una venta real, una venta futura de los ingresos que genere el aeropuerto”, explicó.
El presidente de la Comisión Especial, diputado Rafael Hernández Soriano (PRD), expuso que el grupo aeroportuario informa en su página de internet que la primera fase del nuevo aeropuerto tendrá un costo aproximado de 180 mil millones de pesos, de los cuales 58 por ciento provendrá del PEF y no se generará una deuda pública.
Argumentó que la estrategia financiera del aeropuerto consta de un crédito por tres mil millones de dólares otorgado por la banca comercial y bonos verdes por dos mil millones de dólares colocados en el mercado de valores a plazo de 10 y 30 años.
Hernández Soriano consideró que el proyecto es muy importante para el país debido a sus montos económicos y por los alcances que tendrá la interconexión internacional; sin embargo, desplazará al Aeropuerto “Benito Juárez”, y la ciudad deberá estar lista para emprender un cambio urbano. Afirmó que las fechas es tema crucial y se debe conocer con claridad si el grupo aeroportuario aún estima que el 20 de octubre de 2020 iniciará sus funciones la nueva terminal aérea.
Agregó que la Ley General de Transparencia obliga a que haya informes fiscales trimestrales y, de acuerdo a nuevas normas de fiscalización, esto se puede hacer prácticamente en tiempo real. “Se menciona que las contratos de los créditos están en Internet, pero no están disponibles, sólo hay descripciones, pero se requiere ver el documento base, ya que lo mandata la ley”.
La diputada Claudia Sánchez Juárez (PAN) consideró necesario que haya una calendarización pormenorizada y pública, en medios electrónicos, de las licitaciones del proyecto, ya que es el más importante de América Latina, y los mexicanos merecen conocerlo a detalle.
También mencionó las versiones de que se empleará a gente de la zona en que se construye la terminal aérea. Consideró que en un proyecto de tal magnitud sería bueno que, efectivamente, la población del lugar sea capacitada y empleada.
El diputado Salvador Zamora Zamora (Movimiento Ciudadano) comentó que la información de la obra debe ser pública y estar al alcance de los ciudadanos de la manera más sencilla. Además, preguntó si hay algún plan para la conectividad, es decir, algún proyecto sobre transporte masivo hacia el nuevo aeropuerto.
La diputada Guadalupe Alcántara Rojas (PRI) inquirió qué avances del proyecto se tendrán para el 2018, porque habrá un cambio de sexenio y eso se debe prever, dado que hay una gran inversión por cuidar y a la que se le tiene que dar continuidad.
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