Por: Redacción
Durante el foro “Soberanía energética, una perspectiva después del gasolinazo”, especialistas, académicos y el senador del Grupo Parlamentario del PRD, Mario Delgado Carrillo, coincidieron en la necesidad de analizar la reforma energética, ante las políticas que implementa el nuevo gobierno estadounidense.
El legislador dijo que es necesario considerar al sector energético como estratégico para salvaguardar la seguridad nacional y el desarrollo de la actividad económica del país.
Refirió que 80 por ciento de las gasolinas que se consumen en México se importan de Estados Unidos; somos de los principales consumidores de este sector, con una demanda creciente. Advirtió que en caso de una emergencia, las reservas de energéticos en México sólo durarían tres días, “tenemos que preocuparnos de que estamos en las manos del vecino país del norte”.
El presidente del Grupo Ingenieros Pemex Constitución del 17, Francisco Garaicochea Petrirena, consideró que es necesario establecer un programa riguroso y detallado que permita acelerar el desarrollo nacional de equipos, herramientas y materiales aplicables a la exploración y explotación de hidrocarburos.
Señaló que Petróleos Mexicanos, es la única empresa sin un proyecto de explotación fuera de México, por lo cual, añadió, “debemos reproducir el ejemplo de soberanía energética que aplica China”.
Sergio Benito Osorio Romero, representante del Observatorio Ciudadano de la Energía, aseguró que la reforma energética le quitó a México su soberanía sobre los recursos de hidrocarburos, lo cual se ve reflejado en el incremento al costo de las gasolinas.
El país, sostuvo, tiene empeñada la soberanía sobre sus recursos, derivado de una pésima visión que tiene el bloque en el poder, el cual regala los energéticos a un mercado, que permitiría la ampliación de su capacidad de refinación en los próximos años.
El investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ramón Carlos Torres Flores, subrayó que México tiene la oportunidad de elaborar una política energética que no permanezca capturada por las finanzas públicas, “para que no se utilice como una caja fácil de recurrir en perjuicio del desarrollo del país”.
Debemos pensar en la construcción de nuestra propia política energética, a efecto de que la racionalidad económica funcione a favor de la soberanía y del patrimonio nacional; y “no de juegos de mercado”, puntualizó.
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