Por: Redacción
La UNAM inauguró el Servicio Arqueomagnético Nacional (SAN), el primer laboratorio de Iberoamérica en su tipo, especializado en datación de material arqueológico, aspecto clave en la investigación y con el potencial de contribuir significativamente a un mejor entendimiento y rescate de nuestra herencia cultural e histórica.
El espacio, localizado en el campus Morelia de esta casa de estudios, está equipado con magnetómetros, cuartos blindados y desmagnetizadores térmicos de última generación que permiten obtener información de materiales sometidos a calentamiento de alta temperatura, como arcillas cocidas (ladrillos, tejas, adobes, cerámicas) y sedimentos quemados in situ por hogares, termas, tumbas de incineración y otras estructuras de combustión.
En la actualidad esto cobra relevancia debido a la expansión de construcciones nuevas que, al ser erigidas, implican la destrucción de estructuras arqueológicas en áreas urbanas y ocasiona la pérdida de conocimiento sobre nuestro pasado.
El SAN es fruto de la colaboración del Instituto de Geofísica (IGf) Unidad Michoacan de la UNAM, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), El Colegio de Michoacán y las universidades Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y de Guadalajara.
Dado el alto costo de los equipos instalados (más de 10 millones de pesos) fue necesario el financiamiento conjunto del Conacyt, a través de proyectos de infraestructura y fondos recurrentes de la Coordinación de la Investigación Científica (CIC) de la UNAM y el IGf.
En la ceremonia inaugural, William Lee Alardín, titular de la CIC, afirmó que si bien la función del SAN es relevante en sí, hay otros aspectos a ponderar, como la posibilidad de establecer vínculos de colaboración académica con otras instituciones del país.
“Esto es muestra de la consolidación de la presencia puma en Michoacán y otras entidades, con lo que reafirma su carácter nacional”, aseveró.
En su oportunidad, Arturo Iglesias, director del IGf, destacó la importancia del estudio del campo magnético terrestre, pues aporta información no sólo presente en las rocas, sino en materiales que al calentarse a ciertas temperaturas pierden sus propiedades preexistentes y adquieren la firma del campo magnético justo en el momento de enfriarse. Ello permite estudiar la signatura grabada en cerámicas, estucos o ladrillos, entre otros elementos.
Por su parte, Avto Gogichaishvili, uno de los responsables del SAN, habló de los antecedentes de esta iniciativa, que se remontan a 2007, cuando un grupo del IGf se trasladó al campus Morelia de la UNAM con el propósito de crear un equipo especializado en la recolección y medición de muestras y vestigios provenientes de sitios próximos a ser destruidos o inaccesibles, como resultado del desarrollo económico.
Desde entonces han crecido en recursos humanos y materiales; establecido vínculos con las instancias académicas y gubernamentales a las que presta sus servicios, y contribuido a la formación de recursos humanos de licenciatura y posgrado.
José Luis Montañez, secretario de Innovación, Ciencia y Desarrollo Tecnológico del gobierno de Michoacán, aseguró que el SAN es un esfuerzo interinstitucional de la más alta importancia en Iberoamérica y consideró un honor que se ubique en Morelia.
Finalmente, Jasinto Robles Camacho, representante del INAH en esta entidad federativa, aseguró que una de las características principales de este proyecto es la descentralización de la investigación especializada como soporte a los estudios arqueológicos en la región occidente, en especial, y del país, en general.
No Comment