Por: Redacción

El vicepresidente de la Cámara de Diputados, Alejandro Ojeda, manifestó que es inaceptable que la consejera electoral del Estado de México, Palmira Tapia Palacios, argumente que las inconsistencias que se dieron en la captura de actas de los comicios del pasado 4 de junio en esa entidad, son meros “errores humanos”.

El legislador perredista declaró que sean errores o no –cosa que solo creen ellos- se tienen que corregir y siendo una elección tan cerrada podría ser significativo para cambiar los resultados del conteo final.

Consideró que en materia electoral, hablar de errores es una penosa intención de tapar deficiencias que en principio no deberían darse, porque resulta muy alto mantener un costoso aparato electoral que finalmente no funciona el día que precisamente se necesita funcione a la perfección.

Es inadmisible, reiteró, la existencia de que haya errores en el día crucial que le da vida y sentido al instituto electoral, es decir, la fecha de las elecciones, representa un insulto a la ciudadanía.

Peor aún que se pretenda culpar a los funcionarios de casilla de las fallas, cuando el instituto sabe que quienes capturan el PREP son funcionarios del instituto.

Expresó que deberá revisarse a conciencia cada acta que se firmó en las casillas donde se registren inconsistencias, pues de los resultados de este escrutinio, saldrá quien verdaderamente haya ganado las elecciones con votos y no con “errores humanos”.

Sentencio: “los errores humanos en los procesos electorales son casuísticos y no casuales como se aprecia en el conteo de votos y captura de actas, eso es fraude y debe decirse”.

Advirtió que el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) tiene la enorme responsabilidad de aclarar todas las inconsistencias que denuncien los partidos políticos, porque de ello depende que no se desborden los ánimos de la población que conlleven al enfrentamiento ni muchos menos a la violencia que nadie queremos.

Expuso que tan malo es decir que hubo dolo, como el que no lo hubo, sin antes realizar un escrutinio de las actas que aparezcan impugnadas, sobre todo aquellas que tuvieron una votación que certificaron tanto los funcionarios de casilla, como los representantes de los partidos políticos, y los que aparecieron en el cómputo final.

Aseveró que el país no está para la picaresca política, ni para “valoraciones domingueras” en la que se pretende tapar el sol con un dedo, porque desafortunadamente todos sabemos que en pleno siglo XXI, cuando tenemos la tecnología más sofisticada y moderna, así como costosa, se siguen practicando actos arcaicos como la compra de votos.

Aunque también se han sofisticado las formas de hacer trampa, pues la manipulación del voto, también es un hecho que no se puede dejar de lado, por todo ello, insistió, deben aclararse las inconsistencias sean errores humanos o acciones de plano dolosas.

“Antes de valorar la elección, mejor el recuento de votos”, finalizó.