Por: Redacción/
Médicos de IMSS-PROSPERA realizaron una cirugía a una joven de 17 años de edad para retirarle un tumor de 15 kilos de peso en su ovario izquierdo, el cual comprometía su salud, le provocaba dolor y dificultad para caminar.
Blanca Flor Rodríguez vive con su madre en la comunidad serrana de San Pedro Soteapan; en agosto de 2017 comenzó a sentir molestias en el abdomen y para octubre notaba el crecimiento de su vientre, mientras continuaba el dolor y, con el paso de los días, la dificultad para caminar y llevar a cabo su vida normal.
Por esta causa, la joven acudió a la clínica rural de su comunidad, donde el médico descartó la posibilidad de un embarazo y dio cuenta de lo que podía ser un tumor, motivo por el cual fue operada en el Hospital Rural de Jáltipan, donde se cuenta con personal capacitado y equipo médico para su mejor atención.
Actualmente el programa IMSS-PROSPERA cuenta con 80 hospitales y cuatro mil 311 clínicas para dar cobertura en salud a 12.4 millones de personas, la mayoría indígenas y campesinos, con atención a comunidades rurales que no cuentan con acceso a otros servicios médicos.
El doctor Miguel Jiménez Solórzano, director del Hospital Rural de IMSS-PROSPERA y responsable de la cirugía de Blanca Flor, destacó que si bien en los primeros estudios la tumoración resultó benigna, por su desarrollo acelerado y la posibilidad de que continuara creciendo por acumulación de líquido, se decidió realizar la cirugía.
Explicó que este abultamiento afectaba los órganos reproductivos, así como intestino y estómago, además del riesgo de que pudiera explotar y causar peritonitis, lo cual comprometía la salud y la vida de la paciente.
El 23 de abril, tras hora y media de cirugía, el doctor Jiménez Solórzano y el equipo integrado por residentes de cirugía y anestesiología, enfermeras instrumentista y circulante, retiraron el tumor de 15 kilogramos a la joven.
Aunque técnicamente no es una cirugía difícil, dijo, la relevancia del caso es que antes Blanca Flor sólo podía hacer sus necesidades básicas y no podía trabajar o estudiar, esta intervención le da una oportunidad y en tan solo una semana, un cambio radical en su vida, además de que podrá ser mamá cuando así lo decida.
“Me empecé a sentir mal, sentía dolores, no podía dormir, era incómodo para caminar, no podía acostarme a la derecha, a la izquierda ni boca abajo”,narró Blanca Flor dijo que su vientre creció como si estuviera embarazada y de hecho, en su comunidad, creían que era un bebé y ella decía que no, pero no le creían.
Su mamá, la señora América Cayetano, se dedica a la venta de nopales y quelites en Acayucan; explicó que las molestias de su hija iniciaron desde agosto del año pasado y semanas después el vientre empezó a crecerle aceleradamente, causando una seria preocupación.
Luego de ser dada de alta del Hospital Rural, la paciente aseguró estar contenta y agradecida con los médicos del Seguro Social que le permiten continuar con su vida normal, sin dolor y sin ese vientre grande.
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