Por: Redacción
La Unidad de Investigación y Desarrollo Tecnológico (UIDT) es un espacio físico dentro del Hospital General de México (HGM), en el que colaboran académicos del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM y médicos de la institución federal.
Tener un área de ese tipo representa una oportunidad para realizar investigación, y para el hospital también es una ocasión para desarrollar sus propias soluciones tecnológicas, dijo Fernando Arámbula Cosío, coordinador de la UIDT.
La Unidad colabora de dos maneras. En una se busca mejorar la atención al paciente, que se detecte más temprano la afección y que la recuperación sea más rápida. Con la otra, facilitar la tarea de los médicos en cuanto al servicio a los enfermos.
En estos años se han tenido reuniones donde participan los investigadores con los galenos, en las que los primeros presentan sus líneas de estudio y los segundos exponen sus problemas clínicos y solicitan soluciones tecnológicas.
“De esta manera, hemos identificado varios proyectos de colaboración y ya tenemos tres protocolizados, lo que significa que tienen la aprobación del comité de ética del hospital. Hay otros cuatro en fase de protocolización y seis propuestas en estudio”, añadió.
Las gestiones de la Dirección de Investigación del HGM han sido muy importantes; ahí se contó con la participación de Juan C. López Alvarenga, América Arroyo Vázquez y Rosa Ma. Quispe Sicha.
Implantes cráneofaciales
Leopoldo Ruiz Huerta y Alberto Caballero Ruiz diseñaron una técnica para construir implantes cráneofaciales de plástico. “El modo tradicional es muy manual, se hace un molde a partir del cual se genera la placa que se implanta al paciente”, explicó Arámbula Cosío.
La técnica que desarrollaron los investigadores pumas utiliza diseño por computadora. A partir de las imágenes médicas del paciente se traza el implante, que se construye en una impresora tridimensional y después se coloca.
“Hasta ahora se ha atendido a 11 pacientes, de los cuales seis casos fueron de craneoplastía, tres de reconstrucciones cráneofaciales, un implante de hueso iliaco y uno de costillas”.
Por parte del HGM participan en el proyecto Celia M. Díaz Aguirre y Enrique Echevarría y Pérez.
Termografía para pie diabético
La termografía para pie diabético con enfermedad micro o macrovascular es una técnica con la que se busca evaluar si el patrón de distribución de temperaturas en el pie diabético (que se obtienen mediante termografía funcional) es útil en el diagnóstico de daño vascular y neuropático en pacientes con diabetes mellitus tipo 2.
Una persona con ese padecimiento tiene zonas calientes localizadas que no se observan en individuos sanos, cuyos patrones de color son más o menos simétricos. Si hay problemas de circulación puede haber puntos localizados más calientes, y son asimétricos entre las dos piernas, expuso.
“En las imágenes los colores indican las temperaturas en las piernas. El rojo es más caliente, el azul es frío y el verde y amarillo son templados”. Ese proyecto lo inició y lo supervisa Crescencio García, y colabora Alfonso Gastélum. Por parte del HGM participan Raúl Serrano y Juan C López Alvarenga.
Los académicos que participan en la UIDT han adquirido experiencia en aplicaciones médicas a través de posgrados relacionados, o mediante el trabajo con los galenos.
“Uno termina conociendo esos temas, aunque la mayoría de las veces sea algo muy específico”, apuntó el investigador. “Por ejemplo, trabajo con cirugía de próstata y sin ser médico conozco el tema razonablemente bien”.
Hace algunos años, Arámbula Cosío inventó el simulador de entrenamiento de cirugía de próstata; se sumaron algunos colegas del CCADET y juntos avanzaron en el desarrollo del prototipo para ayudar a los médicos en esa tarea.
“Lo propusimos como uno de los proyectos de colaboración y fue aceptado. Junto con Miguel Padilla Castañeda, Alfonso Gastélum, Leopoldo Ruiz, Alberto Caballero y varios estudiantes lo hemos mejorado. Es una especie de videojuego en el que el usuario –un médico residente de urología– puede practicar”.
Ahora están en la etapa de evaluar la utilidad del simulador en el entrenamiento de futuros cirujanos, adicional a la preparación tradicional. El académico resaltó que el objetivo es que, al graduarse, el residente tenga mayor experiencia como cirujano de próstata. Por parte del HGM, el proyecto es supervisado por Miguel Maldonado Ávila.
Rufino Díaz tiene un plan para evaluar la forma de la córnea en niños. Como físico experto en óptica desarrolló un topógrafo corneal portátil para medir la superficie, que es cóncava, y según sus características será el diagnóstico médico. Desde hace años ha colaborado con oftalmólogos, pero ahora tiene en proceso un protocolo de validación con pacientes en el Hospital General, indicó Arámbula Cosío.
Otro proyecto es un estudio de las alteraciones de tejido hepático mediante un instrumento que utiliza fibras ópticas. Los investigadores crearon una metodología para analizar la cantidad de grasa en imágenes microscópicas del hígado y midieron la conducción de calor en diferentes etapas de fibrosis-esteatosis. Celia Sánchez Pérez y Enoch Gutiérrez Herrera son los investigadores responsables.
Un sensor de presión para evaluar alteraciones en la pisada de niños con sobrepeso y obesidad es una propuesta que espera la protocolización del HGM. Participan, por el CCADET, Rosalba Castañeda Guzmán y Jesús S. Pérez Ruiz.
La distribución de la presión de la planta proporciona información importante de la carga de los miembros inferiores, por lo que se busca desarrollar una especie de tapete en el que se pueda medir la presión y caracterizar los patrones en infantes con esos problemas, comparados con los de peso normal.
“Estamos en una fase en la que necesitamos más espacio para recibir pacientes. El área en la que trabajamos es de desarrollo tecnológico, poco adecuada para la atención. Lo ideal sería un sitio contiguo al actual, en el que haya un consultorio médico y en el que podamos usar los sistemas que diseñemos”, finalizó.
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