Por: Redacción/
Apoyo a proyectos de minisatélites, formación de jóvenes en ciencias espaciales y apoyo a investigaciones en la materia son los primeros pasos que ha dado el Programa Espacial Universitario (PEU) de la UNAM, coordinado por José Francisco Valdés Galicia.
Desde su creación (el pasado 24 de julio) a la fecha, ha dado sus primeros pasos al presentar el trabajo de la UNAM ante la comunidad científica nacional y extranjera, como ocurrió en el Congreso Aeronáutico Internacional, que se realizó en Adelaide, Australia.
Tras recordar el trabajo realizado por la Red Universitaria Espacial, principal antecesor del PEU, y que por muchos años apoyó y promovió estudios relacionados con el tema en la Universidad Nacional, explicó que el principal objetivo es coordinar lo que hasta ahora habían sido esfuerzos aislados en la institución, además de consolidar la formación de recursos humanos y servir como catalizador en el desarrollo de investigaciones de mayor envergadura.
“En la UNAM hay mucha gente haciendo investigación espacial: en Facultad de Ingeniería; en los institutos de Astronomía, Ciencias Nucleares, de Geografía, Geofísica e Ingeniería. Tenemos una larga tradición en derecho espacial, experiencia en telemedicina y algo de medicina aeroespacial”, resaltó.
Este programa se dedica a coordinar, gestionar y presentar una cara uniforme de la Universidad frente a una industria aeroespacial, que en México creció 15 por ciento entre los años 2010 y 2014, detalló el especialista en física de rayos cósmicos
“El PEU representa un puente con la sociedad, las empresas y al interior de la misma institución para aprovechar mejor la infraestructura como laboratorios y centros de pruebas”, expuso el también investigador del Instituto de Geofísica
Acciones del programa espacial universitario
Entre las primeras acciones del programa está el concurso CanSat, o satélites enlatados. Para el concurso 2018, los seleccionados recibirán un paquete de trabajo, talleres de capacitación y asesorías para que armen un pequeño satélite que será probado con un dron a 150 metros de altura; deberá descender y sobrevivir al golpe al tocar tierra. A este concurso se han inscrito 65 equipos que reúnen a 350 estudiantes, aproximadamente.
“Antes, para lanzar un satélite al espacio era necesario un armatoste del tamaño de un cuarto, lleno de instrumentos, y para subirlo al espacio era indispensable mucha energía y dinero. Ahora se suben al espacio cacharritos de 10 por 10 por 10, los cubesats, y cuesta relativamente muy poco”, resaltó.
Actualmente, en la Universidad hay más de 20 proyectos dedicados al espacio, y la idea del PEU es presentar los mejores a las empresas para mostrar la capacidad desarrollada por esta comunidad.
A estas actividades se suma un simposio en conjunto con la Facultad de Medicina, a realizarse en marzo de 2018, en el que se tratarán temas de telemedicina y medicina aeroespacial, con la idea de motivar el interés de alumnos, profesionales de la salud y las ingenierías.
“La ciencia y tecnología espacial pueden ser pivotes de desarrollo para este país en el plano tecnológico de innovación y de conexión de la ciencia, con la ingeniería y la tecnología. Vale la pena el esfuerzo”, finalizó el especialista.
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