Por: Redacción/
Juan Pablo Rojas Pérez, Presidente de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM), alertó que con la importación, sin restricción, de alimentos agroalimentarios se generará en México una competencia desleal, baja producción en el medio rural, decrecimiento económico en el segundo semestre del año y alza en el costo de la canasta básica.
De esta forma, aseguró, se prevé que las importaciones de maíz amarillo aumenten un 30%, considerando que en 2019 se importarán 18 millones de toneladas de este grano y, por si fuera poco, los comercializadores establecerán la canasta básica alimentaria del mexicano con productos estadounidenses.
Por lo anterior, urgió al Presidente Andrés Manuel López Obrador así como al titular de SADER, Víctor Villalobos y a la de Economía, Graciela Márquez Colín, reorientar las políticas económicas y agroalimentarias del país pues estas quedaron desfasadas y únicamente agudizarán la dependencia alimentaria de granos básicos y hortalizas.
En entrevista a medios, indicó que este acuerdo de importación de alimentos de Estados Unidos (el cual aún no tiene montos, productos específicos ni período establecido para las compras, publicados oficialmente) generará una contracción en la inversión en el medio rural, reducción en la producción de agroalimentos e impulso en el consumo de alimentos estadounidenses lo que es un ejemplo claro del neoliberalismo.
Además, alertó, se le cierra a México la oportunidad de abrirse a otros mercados y dicho acuerdo entra en momentos coyunturales para ambas naciones pues mientras en la Unión Americana iniciará un proceso electoral y en México se trabaja ya en el borrador del presupuesto 2020, el Producto Interno Bruto en el segundo trimestre del año se estima en 0.5% y para el tercer trimestre se ubicaría en un 0.1% de acuerdo a cifras de analistas económicos acentuando así la desaceleración económica.
Juan Pablo Rojas Pérez, advierte que los grandes consumidores ahora tendrán la libertad de importar más maíz barato sin restricción provocando una práctica desleal, impactando en la industria de la masa y la tortilla y por tanto en el consumidor final.
Dijo que es criticable que el Estado mexicano haya asegurado que el neoliberalismo es cosa del pasado, “que fue enterrado”, que se haya utilizado el tema de la migración para evitar los impuestos arancelarios, eso solo demuestra que el neoliberalismo se fortaleció y la corrupción se arraigó.
Con fundamento en lo anterior y previendo que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en pleno proceso electoral este mes para alcanzar su reelección, demande a México nuevas exigencias económicas, es urgente replantear la política social pues no será con programas asistencialistas como se podrán cumplir las metas de autosuficiencia alimentaria rumbo al año 2024.
Asimismo, insistió en la urgencia de conocer los arreglos “en lo oscurito” a fin de prever los impactos y aplicar estrategias alternativas para la producción de alimentos.
Aunque lo mejor sería, dijo, que el Presidente Andrés Manuel López Obrador diera marcha atrás a este acuerdo por la gran afectación en la producción de alimentos pues ahora ya no se sabe si en vez de producir maíz, trigo, frijol y leche sea redituable y entonces mejor “nos dedicamos a vender tacos”.
Lo anterior debido a que, en el caso específico del maíz, si para este año se tenía contemplada una importación de 18 millones de toneladas de maíz amarillo, con el nuevo acuerdo podemos prever “que los comercializadores nacionales se irán por la compra de alimentos en el extranjero por su bajo precio y podría dispararse la importación hasta en un 30% más”.
Lo más grave de todo esto, es que al meter al campo a estas importaciones “es dejar en manos de los productores agropecuarios de Estados Unidos la conformación de la canasta básica alimentaria mexicana y estar a la deriva no solo en este rubro sino también en combustibles y precios”.
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