Por: Redacción
La aplicación del tratamiento para el control de la epilepsia por parte de mujeres embarazadas que padecen esta enfermedad permite que sus bebés nazcan sanos, aseguró la jefa de la Unidad de Neurología del Hospital General de México (HGM), Minerva López.
Sin embargo, advirtió que la insuficiente o nula información provoca que estas pacientes suspendan la medicación o la cambien en forma abrupta por temor a dañar al feto, con consecuencias como convulsiones o estatus epiléptico.
Dicha patología es neurológica y crónica. Afecta de .4 a 1.2 por ciento de los mexicanos, de los cuales 240 mil son mujeres en edad fértil y de quienes nacerán por lo menos 200 mil niños. En la mujer embarazada es el trastorno neurológico más frecuente y se presenta del .5 al uno por ciento.
De acuerdo con un seguimiento que se hizo en el hospital en 77 embarazos, los bebés nacieron saludables. No obstante, 12 por ciento de las madres no tuvo un adecuado control médico, lo que derivó en el aumento de las crisis convulsivas.
Durante un trance epiléptico, explicó, por un periodo transitorio disminuye la frecuencia cardiaca en el bebé, pero se puede recuperar. El problema es cuando la crisis es severa, son varias y, como resultado, la enferma cae y se golpea el abdomen, ya que puede presentarse desprendimiento prematuro de placenta y muerte del producto. Estos casos se registran entre uno y dos por ciento de las mujeres en gestación que padecen epilepsia.
La doctora Minerva López informó que las complicaciones pueden ser: malformaciones en el bebé y muerte intrauterina neonatal. Además, al convulsionar la madre el hijo desarrolla hipoxia -disminución en la cantidad de oxígeno suministrado por la sangre a los órganos- y, debido a la contracción del útero, el producto sufre y puede tener hemorragia, desprendimiento de retina o, incluso, fallecer.
La jefa de la Unidad de Neurología del HGM alertó que la mujer en gestación con epilepsia no debe consumir los fármacos: ácido valproico, fenobarbital, trimidona y clonazepan.
Para la experta es ideal que una mujer con epilepsia planee su embarazo, con el fin de que los especialistas determinen el medicamento y la dosis correcta para sus crisis. Este procedimiento debe realizarse por etapas para evitar descompensaciones.
Agregó que bien controladas, estas pacientes pueden someterse al trabajo de parto normal, porque la epilepsia no es una indicación obligatoria de cesárea a menos que haya descontrol de las crisis.
Una vez que nace el bebé y aun cuando la madre consuma medicamentos, puntualizó, puede alimentarlo con su propia leche.
Resaltó que para lograr una lactancia segura se deben establecer bien los horarios de la medicación, con el propósito de que le afecten lo menos posible al infante.
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