Por: Redacción
Es necesario avanzar hacia un nuevo paradigma que deje atrás el esquema punitivo en materia de drogas y pase de los aspectos preventivos a la profesionalización de las fuerzas de seguridad pública y la regularización de algunas drogas, sostuvo el senador Alejandro Encinas,
En el marco del seminario Combate a las drogas en México: ¿Cómo Vamos?, el legislador señaló que “sí hay que tener una política preventiva y profesional favoreciendo la inteligencia en el combate a la inseguridad, pero también tenemos que replantear toda la política de drogas desde la revisión de las penas punitivas”.
“Hay que flexibilizar en lugar endurecer las penas, hay que buscar esquemas sustitutivos de presión como son las penas sustitutivas de presión y al mismo tiempo entrar a un proceso de regulación y recategorización de algunas drogas para que se pueden utilizar con otros fines”, añadió.
Consideró que la actual estrategia de combate al narcotráfico, lejos de resolver el problema lo ha profundizado y ha llevado a nuestro país a vivir una profunda crisis humanitaria pues se estima que el número de homicidios vinculados a ésta durante la actual administración ha superado los 41 mil y rebasa por mucho el promedio del sexenio anterior.
Aunado a esto, los delitos como la tortura, desaparición forzada, el secuestro, el tráfico de personas y el consumo de drogas han aumentado.
Además, destacó que la frontera sur del país se ha convertido en una de las zonas más peligrosas del mundo y por ahí transita el 90 por ciento de la cocaína que se consume en Estados Unidos, el 20 por ciento de las armas ilegales que entran a México y la mitad de los inmigrantes que entran al país y que son víctimas de la sociedad entre los cárteles de la droga y las bandas delictivas locales.
“Entonces éste ya no es un asunto solamente de seguridad nacional en nuestro país, sino es un asunto de seguridad regional para el conjunto de Centroamérica”, dijo.
Por lo que se requiere de nuevos enfoques para el camino a seguir “y eso va requerir de definiciones del Gobierno mexicano que ha mantenido una enorme ambigüedad ya que Peña Nieto descalificó la posición de otros gobierno y señaló su posición tajante a cualquier tipo de legalización de ninguna droga”.
Finalmente consideró que si existe un alcoholímetro, podría existir un “motómetro”; “hay que buscar nuevas formas de atender este problema que efectivamente no resolverá necesariamente los problemas estructurales de inseguridad, de violencia y de desigualdad en el país, pero sí necesitamos un enfoque absolutamente distinto donde haya voces diversas y no un solo pensamiento hegemónico que se imponga como ha sido la definición de la política de drogas”.
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