• Durante la pandemia del COVID-19 ha constituido uno de los mecanismos de interacción que permite además la geolocalización y el desplazamiento de las personas en cualquier parte del mundo y en tiempo real.

Por: Redacción/

El uso del teléfono celular se ha popularizado a tal grado que es parte fundamental de la comunicación cotidiana de todos y hay ya más de estos dispositivos, que seres humanos en el planeta, afirmó el doctor Miguel López Guerrero, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Durante la pandemia del COVID-19 ha constituido uno de los mecanismos de interacción que permite además la geolocalización y el desplazamiento de las personas en cualquier parte del mundo y en tiempo real, y en el futuro –con la tecnología 6G– será posible la transmisión de sensaciones o percepciones táctiles mediante un guante digital.

En 1946 se dieron los primeros esfuerzos para proporcionar el servicio de celular en Estados Unidos, donde se utilizaban radioteléfonos que se instalaban en los autos con una batería que ocupaba casi toda la cajuela y para hacer una llamada –que podía ser escuchada por otras personas– había un canal que una operadora conectaba manualmente.

Un año después, la zona geográfica se dividió en espacios celulares con varias antenas en las ciudades y con ello, si un vehículo se comunicaba con una celda podía hacerlo con las demás y así varios usuarios eran atendidos al mismo tiempo; ese es el concepto de la telefonía celular, dijo el investigador del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Unidad Iztapalapa durante el Ciclo de conferencias: Lunes en la ciencia.

Ese sistema ha ido evolucionando, pues al principio se operó la tecnología 1G y 2G, con la que sólo era posible conversar, “pero a partir de la 3G, que empezó a emplearse en este siglo, pudo enviarse imagen y video, haciendo realidad las conversaciones en video.

Con la tecnología 4G, las velocidades son del orden de decenas de kilobits por segundo y se está introduciendo en el mercado la red 5G, el Internet de las Cosas (IoT), por lo que pronto se podrá conectar un millón de personas por kilómetro cuadrado. “Ahora se pueden operar a distancia lavadoras, estufas, refrigeradores, luces o cámaras en las casas”.

En 1994 se conoció el celular; en 2000 apareció el primero con cámara y en 2007 surgió la experiencia del Iphone que, en su momento, fue una revolución en el mercado electrónico y las comunicaciones.

Las investigaciones que la tecnología celular posibilita corresponden a la monitorización cooperativa de fenómenos, es decir, que muchas personas puedan compartir una situación en un momento determinado, por ejemplo, el tránsito vehicular o un suceso reportado por varios usuarios.

También se pueden construir mapas de accesibilidad de manera colaborativa, como sucede con un proyecto en Suiza, donde desarrollan programas para acopiar datos de una zona, de manera que se integre una base de información que puede contribuir a generar las rutas más adecuadas para personas con alguna discapacidad.

Otro estudio consiste en dividir los 364 kilómetros de una autopista en Gran Bretaña mediante monitores para identificar la calidad de cobertura de la señal que reciben los automovilistas.

“En México, sin embargo, un problema que debemos remontar es la actualización de la Red, pues hay áreas donde todavía se emplea la telefonía 2G y para la 5G requerimos necesariamente la modernización de la infraestructura para potenciar la señal de Internet”, concluyó, en su conferencia Teléfonos celulares. De los retos a la oportunidad de resolver problemas entre todos.

El Ciclo de conferencias. Lunes en la ciencia es organizado por la Oficina de Enlaces y Eventos Universitarios de la Coordinación de Extensión Universitaria de la Unidad Iztapalapa de la UAM y la Academia Mexicana de Ciencias.