Por: Redacción

Talar un bosque tiene consecuencias que van más allá del medio ambiente. Los árboles proporcionan alimentos, medicinas e ingresos económicos a muchas comunidades.

Por eso, detener la deforestación y gestionar bien estas áreas es clave para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El informe El estado de los bosques del mundo de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indica que entre 1990 y 2015, la superficie forestal del planeta disminuyó del 31,6 % de la superficie terrestre al 30,6 %, aunque el ritmo de pérdida se ha ralentizado en los últimos años. La mayor parte de esta pérdida tuvo lugar en países en desarrollo, en particular en el África Subsahariana, América Latina y Asia Sudoriental.

Sin embargo, invertir esa tendencia es posible. El informe arroja luz sobre las profundas relaciones que existen entre los árboles y las metas de la Agenda 2030, y señala como principal reto preservar la superficie forestal mientras se aumenta la producción agrícola para alimentar a una población que no para de crecer.

“Sabemos que es posible hacerlo”, responde Eva Muller, la directora del departamento forestal de la FAO. En 2016, la Organización hizo un estudio analizando los países que han mejorado la seguridad alimentaria y que han mantenido o aumentado la cobertura forestal. Descubrieron que hay más de 20 que lo lograron en los últimos 25 años. “No es necesario cortar bosques para mejorar la producción agrícola”, señala.

En América Latina hay varios ejemplos de gestión exitosa de los bosques.

Costa Rica

En los años 80, Costa Rica perdía mucha cobertura forestal y tomaron la decisión de frenarlo. Para ello establecieron un sistema de pagos por servicios ambientales. El Estado paga a los propietarios de los bosques una suma por hectárea. Compensan a los propietarios por mantenerlos y no cortarlos para crear terrenos agrícolas.

“Este sistema existe todavía después de 20 años y ha sido muy muy exitoso. Costa Rica tiene un 52% de cobertura forestal. En los últimos años ha aumentado mucho”, explica Muller que pasó varios años trabajando en este país.

Costa Rica se ha convertido en uno de los principales destinos ecoturísticos del mundo. En 2016 el país recibió 2,9 millones de turistas extranjeros. El 66% de los visitantes afirmaron que el ecoturismo era uno de sus principales motivos para visitar el país.

México

México también estableció un programa de pago por servicios ambientales. Además, las reformas constitucionales de 1992 reconocieron el  derecho de las comunidades sobre sus bosques, excepto a vender la tierra. En 1997, el Estado puso en marcha un programa para ayudarlas a crear empresas forestales. En la actualidad, más de 2300 grupos comunitarios gestionan sus bosques para la extracción de madera, lo que genera considerables ingresos para las comunidades y los hogares.

Algunas comunidades se han especializado  y han ganado competitividad internacional, lo que les permite exportar productos derivados de la madera a Estados Unidos. Los beneficios se utilizan para invertir en educación infantil.

En el estado de Quintana Roo, la producción y elaboración de estos productos genera ingresos y, por lo tanto, constituye un escape de la pobreza.

“Si las comunidades tienen el derecho de manejar sus recursos boscosos, la cobertura forestal se mantiene porque es en su propio interés mantenerlo. Ya no tienen el estímulo de deforestar si ellos pueden sacar ganancias con el bosque mismo”, explica Muller.