Por: Redacción
El senador Luis Humberto Fernández evidenció el origen del Gasolinazo como una consecuencia directa de la Reforma Energética, “en el texto mismo de la Reforma está contenido, así como en la exposición de motivos del paquete económico”. La Reforma Energética se planteó sobre premisas que hoy ya no existen y promesas que no se harán realidad, afirmó.
Se podrán dar muchos argumentos, el hecho es que la liberalización de los precios de los combustibles, como se realizó, ha generado inestabilidad social y económica.
En el marco de la comparecencia de funcionarios federales ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el legislador solicitó ajustar la Reforma Energética para no insistir en una estrategia que ya fracasó y cuyos resultados hoy son evidentes y afectan a todos los mexicanos.
La mayor infamia de un gobierno es renunciar a la conducción para la solución de los problemas nacionales, pero no a los privilegios. Ese pequeño montaje cosmético ¿es todo lo que el gobierno tiene para hacer frente a la delicada situación nacional, económica y de gobernabilidad, frente a los próximos gasolinazos? cuestionó.
“Si no somos capaces de reconocer los problemas, no tendremos la posibilidad de solución”. El verdadero dilema está entre si el gobierno va a privilegiar las utilidades o la economía popular.
Entre las interrogantes que el legislador planteó a los funcionarios y que no tuvieron respuesta, destacan las siguientes:
¿Cuál es la utilidad promedio de las grandes empresas gasolineras y si es posible reducirla?
¿Realmente consideran que el acuerdo es una medida proporcional y útil para el tamaño del problema y la crisis?
La Reforma Energética ya fracasó, la evidencia está a la vista: Pemex está “quebrado”; no ha mejorado la competitividad, la deuda de Pemex y la del país se han incrementado, la corrupción sigue igual, el robo de combustible crece y crecerá más, no hay un indicador objetivo que muestre que la Reforma ha sido conveniente en sus términos, ni para Pemex, ni para México.
El dilema planteado entre programas sociales y subsidio es tramposo: No se trata de escoger.
Este dilema tramposo, nos muestra a un gobierno más dispuesto a recortar el gasto social que el de publicidad. El Presidente habla de 200 mil millones de pesos. Investigaciones periodísticas y los resultados de diversas auditorías nos dicen que el desfalco de Javier Duarte, en Veracruz, es cercano a los 180 mil millones.
Por mencionar a uno de los 10 gobernadores que están o debieran estar investigados por corrupción. ¿Por qué escoger entre programas sociales y subsidio y no mejor entre evitar que la generación de gobernadores corruptos se llevaran mucho más de ese dinero cuando hubo advertencias oportunas?
Sí hay mucho que hacer: invertir en refinerías, modernizar, actualizar y potenciar las existentes, revisar los ingresos por concesiones mineras y salineras, recortar cortesanías y gastos inútiles.
El verdadero problema es que el gobierno se queda en la explicación y la abnegación, pide consideración y comprensión, sin darla. ¿Quién es la prioridad para el gobierno: el negocio de los grandes gasolineros o la economía popular?
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