Por: Redacción/
Los presidentes de las comisiones de Reforma Agraria, Ganadería y la Especial de Alimentación coincidieron en que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) debe garantizar que el tema agroalimentario no sea moneda de cambio, toda vez que de este sector dependen cerca de 25 millones de mexicanos.
Durante la inauguración del foro “Revisión y Actualización del Tratado de Libre Comercio para América del Norte: Capítulo el Campo Mexicano” ¿Quién va a desarmar la pistola?, el presidente de la Comisión de Reforma Agraria, diputado Jesús Serrano Lora (Morena), demandó que el TLCAN no debe convertirse en un instrumento de expoliación de recursos naturales, humanos y económicos entre las tres naciones firmantes.
Añadió que las propuestas de especialistas, académicos y legisladores permitirán generar recomendaciones a las autoridades que el próximo mes se encargarán de renegociar este tratado comercial.
El presidente de la Comisión de Ganadería, diputado Oswaldo Guillermo Cházaro Montalvo (PRI), señaló que desde la perspectiva del sector pecuario uno de sus propósitos será evitar que el rubro agroalimentario constituya una moneda de cambio de las negociaciones, en aras de perfilar una ventaja en el futuro para nuestro país.
“El deber del gobierno federal es darle importancia al campo y no sólo al ámbito económico y social, ya que millones de mexicanos se ocupan en actividades inherentes al sector agroalimentario; por lo tanto, es necesario garantizar que el TLCAN esté acorde a los intereses de este ámbito productivo”.
En tanto, el presidente de la Comisión Especial de Alimentación, diputado Mario Ariel Juárez Rodríguez (Morena), señaló que México tendrá que asumir una postura “firme y decidida” en la renegociación del acuerdo mercantil, ante la amenaza de que supriman el capítulo 19 del TLCAN sobre los mecanismos de controversias comerciales, lo cual, dijo, “sería catastrófico”.
El legislador lamentó que el campo siga en abandono. “Hoy es más productivo sembrar droga que maíz”. Entonces, las bonanzas en el mercado exterior no se traducen en una mejor distribución de la riqueza que beneficie al ramo agroalimentario.
En un principio se hablaba que el TLCAN lograría colocar a México como una potencia en ese sector, pero a 20 años o más la realidad es que no se han alcanzado las metas.
Detalló que en 2015 y durante el primer semestre del 2016, la balanza comercial agroalimentaria fue superavitaria, derivado ello del crecimiento de exportaciones agroindustriales y productos agropecuarios.
Sin embargo, en esa balanza comercial exitosa no entran los poco más de dos millones 759 mil productores mexicanos que representan el 70 por ciento de unidades productivas en el campo, quienes no acceden a subsidios, paquetes tecnológicos, financiamientos de la Banca de Desarrollo y apoyos a la comercialización que les permita vincularse a la cadenas de valor internacionales; de ahí, la importancia de proteger a este sector en la renegociación del TLCAN.
Académicos y especialistas sostienen que el sector agropecuario no es el centro de la atención de Donald Trump
Jesús Valenzuela García, rector de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, mencionó que las diferencias en el campo mexicano siguen siendo abismales, hay regiones altamente tecnificadas como Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Jalisco, pero existen otras donde la agricultura se realiza con tracción animal; es fundamental que en la renegociación se consideren beneficios equilibrados entre crecimiento y desarrollo.
Apuntó que el intercambio comercial es bueno, si no genera dependencia ni vulnera la seguridad alimentaria, pero es necesario un manejo integral de los recursos naturales, diversificar y realizar una reconversión productiva, impulsar la profesionalización de este sector, pues esto permitiría el desarrollo del campo. “Hoy, 38 por ciento de los granos que se producen en el país se echan a perder por no tener un adecuado manejo de almacenamiento”.
“El campo debe cerrar la brecha tecnológica e incursionar nanotecnología en la inocuidad alimentaria para fomentar el desarrollo agropecuario del país, esto permitiría evitar la migración que se genera en las zonas rurales por falta de escuelas, hospitales y espacios de esparcimiento. La gente que se queda son niños, mujeres y ancianos, son ellos quienes producen los alimentos para los más de cien millones de mexicanos”.
El director general del despacho De la Calle, Madrazo, Mancera, Luis de la Calle Prado, señaló que en 2016 México y Canadá le compraron a Estados Unidos el 34 por ciento de sus ventas en todo el mundo, y que en cinco años, nuestro país será el mercado más grande del mundo para EU en todos sus productos, incluidos los agropecuarios.
Si se tiene un campo más exitoso, seremos grandes exportadores de productos del campo al resto del mundo no solamente para Estados Unidos, sino particularmente para Asia.
El sector agropecuario “no es el centro de la atención de Donald Trump, pero sí el frente de la balanza de negociación y debe serlo para positivo, ya que es lo que va a mantener el TLCAN, y tiene que beneficiarse de ese peso específico el comercio en América del Norte”, resaltó.
El director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, José Luis de la Cruz Gallegos, expuso que el gobierno de Donald Trump tiene como principal visión la producción y busca recuperar empleo en la industria de las manufacturas.
Subrayó que se necesita generar ventajas competitivas y, en ese sentido, el sector agrícola deberá ser fundamental en materia de exportaciones.
Carlos Orozco Alam, coordinador general del Seminario Nacional Permanente: “La Participación del Estado en el Desarrollo Agrario Rural”, apuntó que el desarrollo del campo no puede sólo depender del TLCAN, sino de un plan que incluya la exportación y la producción de los alimentos que requiere el país.
Dijo que los únicos beneficiados del TLCAN fueron aquellos que exportan hortalizas, frutas y productos procesados y los perjudicados son los pequeños productores de granos; por ello, se debe dar prioridad a este sector en la renegociación comercial.
El presidente de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México, Juan Pablo Rojas Pérez, señaló que el TLCAN representa la vitrina o aparador en donde se tienen que poner los productos que valen la pena ser comercializados o que demande el consumidor.
Resaltó que se debe propiciar y aplicar una política agrícola integral, que tome en cuenta la conservación, el mantenimiento y desarrollo de nuevas tecnologías para que se genere una producción que “alcance primero para los mexicanos y después para el comercio internacional”.
Indicó que la estrategia integral debe considerar extensionismo rural y pensar en el desarrollo de maquinaria agrícola, infraestructura de acopio y comercialización, carreteras y caminos.
En este foro, también, participaron José Sergio Barrales Domínguez, rector de la Universidad Autónoma Chapingo y Jorge Antonio Torres Pérez, director de la división de Ciencias Forestales de esta institución.
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