Por: Redacción/
La diputada Nayeli Salvatori Bojalil (PES) planteó exhortar a la Secretaría de Educación Pública y al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, a que en escuelas públicas se otorguen desayunos gratuitos que aporten a la buena nutrición de los alumnos, porque México ocupa el primer lugar con mayor obesidad infantil del mundo.
A pesar de que en los últimos 20 años en el país se ha observado una disminución en los diferentes tipos de desnutrición infantil, la prevalencia de baja talla sigue siendo un grave problema de salud pública en menores de cinco años de edad. En la actualidad hay 1.5 millones de niños de esta edad que sufren desnutrición crónica.
En un punto de acuerdo remitido a la Segunda Comisión de la Permanente destacó que, según Unicef, uno de cada ocho niñas y niños menores de cinco años padece desnutrición crónica, principalmente en estados del sur de México, y en comunidades rurales más que las urbanas; los más afectados son los hogares indígenas.
Uno de cada 20 niñas y niños menores de cinco años y uno de cada tres entre los seis y 19 años padece sobrepeso u obesidad.
Salvatori Bojalil resaltó que el riesgo de la mayoría de enfermedades no transmisibles resultantes de la obesidad depende en parte de la edad de inicio y duración de la obesidad. En la infancia y la adolescencia tienen consecuencias para la salud tanto a corto como a largo plazos.
Las enfermedades más importantes del sobrepeso y la obesidad infantiles, que a menudo no se manifiestan hasta la edad adulta, son las cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y accidentes vasculares cerebrales), diabetes, trastornos del aparato locomotor, en particular la artrosis, así como ciertos tipos de cáncer (de endometrio, mama y colon).
Se manifestó por impulsar una alimentación y nutrición correcta durante la edad escolar que permite a la niña y al niño crecer con salud y adquirir una educación al respecto, pues la malnutrición, tanto por déficit (desnutrición) o por exceso (sobrepeso y obesidad), puede tener resultados indeseados a corto y largo plazos.
“En la infancia es cuando se comienzan a formar los hábitos alimentarios que, correctos o no, se mantendrán durante toda la vida. Antes de ir a la escuela el desayuno es una de las comidas más importantes del día y debería cubrir, al menos, el 20 a 25 por ciento de las necesidades nutricionales de las niñas y niños en edad escolar. Se deben servir alimentos nutritivos”, añadió.
La diputada del PES resaltó que las causas fundamentales de la malnutrición son la pobreza y la falta de equidad. La eliminación de estas causas requiere acciones políticas y sociales de las cuales los programas nutricionales pueden ser sólo un aspecto.
La oferta de alimentos suficientes, inocuos y variados no sólo previene la malnutrición, sino también reduce el riesgo de sufrir enfermedades crónicas. Además, dijo, las carencias nutricionales aumentan el riesgo de contraer enfermedades infecciosas comunes, en particular las de la niñez, y viceversa.
“Si aspiramos a una trasformación profunda en la educación y en la salud del país, tenemos que apostarle a la buena nutrición de la niñez. Debemos designar más recursos para que los desayunos escolares cumplan realmente con los estándares nutricionales y se extiendan a todas las escuelas del país”, añadió.
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