Por: Luis Alberto Rivas
El juego es un modo de aprendizaje, por medio de él, los niños pueden interactuar y comprender su entorno. Determinados productos preparan a los niños para adaptarse al mundo en el que tendrán que sobrevivir. Las niñas se preparan para ser madres y los niños para ser médicos o soldados.
Pero no todo es trabajo, las formas de entretenimiento que tienen sus padres también pueden ser adoptadas por los infantes, una madre mira con ternura a su hija que juega a ir al salón de belleza o al spa; mientras que un padre muestra entusiasmado a su hijo la pasión por los autos, le enseña a fijarse en los detalles, jerarquizar por colores, a valorar las historias y aportes de los viejos modelos y admirar las ventajas de los nuevos.
Antes de enseñar a un hijo a rasurarse o los riesgos que vivir trae consigo, se inculca el amor a la velocidad, a mirar a un auto como se mira a una mujer: con respeto, con admiración y con la esperanza de algún día compartir un camino juntos.
Día de Reyes y Navidad se acercan, las televisoras abarrotan su programación con horas y horas de comerciales que anuncian: muñecas, bicicletas, laboratorios para niños, maquillajes para niñas, mini-salones de belleza, hombres de acción, autos a control remoto y pistas de carreras. Siendo estas ultimas indispensables para la plena infancia de cualquier niño en México, pocos son los pequeños que no sueñan tener bajo su árbol de navidad, alguna pist
a de Hot-Wheels.
Aunque la firma ‘Hot-wheels’ de Mattel actualmente es líder y referente de calidad e innovación, no fue quien puso las mini-carreras de autos en el popular sitio que ocupan. La historia de las replicas en menor escala de automóviles no comenzó ni con los autos mismos, las primeras replicas a escala de un medio de transporte terrestre fueron los trenes a escala que la compañía creadora de juguetes Lionel Corporation lanzó en 1912.
En 1950, la Sociedad Southport Model Engineering de Reino Unido exhibió su primer patente de una pista de carreras eléctrica. Contaba con seis carriles y aproximadamente 18 metros de circuito para modelos a escala de autos que usaban motores de tren eléctrico y eran guiados por rieles elevados.
Una parada obligatoria en este viaje por las autopistas, es la mano de obra de Scalextric, que no solo es una industria fabricante de mini-autos, en varios países el termino Scalextric se ha convertido en un adjetivo que acompaña a los autos miniatura. La historia de la compañía deriva de la gran demanda que hubo tras el éxito presentado de la gama de coches impulsados po
r un mecanismo de cuerda que la firma inglesa Minimodels Ltd presentó en 1952.
Una nueva versión del invento fue mostrada en la feria anual de juguetes de Harrogate de 1957 por Fred Francis dueño de la firma Minimodels. El nombre es la unión y contracción de las palabras “Scale X” (Escala variable) y “electric”. Y los autos se fabricaban de manera artesanal.
El gran éxito de la marca obligó a su dueño a vender la patente a Lines Bros Ltd, mejor conocida como ‘Tri-Ang’, que tenia una asociación con Rovex fabricante especialista en plástico que cambio el modelo artesanal metálico por moldes de plástico.
Las pistas se popularizaron, Scalextric aún produce pistas, implementando los grandes avances tecnológicos, con pistas que cada vez emulan con mayor realismo las carreras del Grand Prix; foros de debate se abren en redes sociales para coleccionistas apasionados, reuniones y concursos tienen lugar en varios lugares del mundo fomentando su pasión por estas pistas.
En México la firma Hot Wheels de Mattel tiene una gran presencia, no existe un supermercado que no ofrezca todo un anaquel repleto de vehículos pequeños, decenas de modelos son puestos a la venta cada año.
Autos de diferentes firmas como Corvette y Barracuda fueron los primeros en aparecer en las filas de la marca. 1968 fue el banderazo de salida para una carrera que incrementa de velocidad y cambia de color año con año. 
Tal ha sido el auge, que marcas promocionan su emblema y lema en coches diseñados por la filial de Mattel. Autos de tamaño real se han convertido en grandes escalas de las miniaturas, invirtiendo lo que en un principio se buscaba con la creación de los autos-mini. Incluso ha dado cabida a diseños creados para la ficción, como el DeLorean de Volver al Futuro, el auto diseñado por Homero en un episodio de los Simpson y el transporte que conducía Pedro Picapiedra.
Los autos pueden ser usados en sus cientos de modelos de pistas, que van de circuitos básicos cerrados, que impulsan al coche con pequeños motores, hasta pistas con trampas, obstáculos, luces, sonido e incluso que pueden pegarse a la pared y desafiar a la gravedad.
Diferentes temáticas, desafíos para los autos. Estaciones de bomberos, auto-lavados, pistas con giros mortales; cada año los niños esperaban y esperan entusiasmados ver una caja grande que contenga muchas partes por armar, generalmente con rieles anaranjados y acabados en azul y un enorme “Hot Wheels en el empaque” (Baterias no incluidas).
Estos, han trascendido a la infancia, los autos han dejado de ser una imitación que pueden hacer los niños de la vida que llevan sus padres. Ahora el coleccionismo de estos juguetes ni siquiera es exclusivo del sexo masculino. Los padres vuelven a ser niños, se reúnen en convenciones, invierten cientos de dolares para tener las mas actualizadas versiones de los autos y modifican sus vehículos para que se asemejen a los juguetes. Para poder llevarlo a todos lados y chicos y grandes miren a su vehículo como se mira a una mujer: con respeto, con admiración y con la ilusión de algún día compartir un camino juntos.
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