Por: Redacción/
Para apoyar las necesidades alimentarias de las personas más vulnerables, la senadora, Sasil de León Villard, coordinadora del Grupo Parlamentario del PES, propuso, a través de un punto de acuerdo, exhortar al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF), a que impulse, garantice y amplié la operación de los programas destinados a fortalecer la nutrición de los menores, a través de una entrega mínima durante la crisis de la pandemia.
Señaló que frente al actual panorama, los distintos programas que coordina el DIF, así como los operados por los Sistemas Estatales y Municipales, como desayunos escolares y asistencia alimentaria a personas en situación de emergencia o desastre, y el servicio de alimentación a escuelas de tiempo completo, son fundamentales para atender la vulnerabilidad alimentaria de millones infantes, cuyas familias se encuentran en situación de pobreza, migración o de riesgo, agravada por la crisis del COVID-19.
Tan solo el programa de Desayunos Escolares distribuye cerca de seis millones 92 mil 103 raciones alimentarias diarias en 80 mil 746 escuelas de nivel preescolar, primaria y secundaria, de las cuales, el 50 por ciento, se brindan calientes a través de las casi 40 mil cocinas escolares instaladas en los 32 estados del país, lo cual representa un apoyo invaluable para miles de familias, aseguró.
Pero, lamentablemente, ese programa y el de Alimentación de Escuelas de Tiempo Completo, se han suspendido por la falta de clases presenciales, señaló Sasil de León.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en México, ha expresado su preocupación ante la vulnerabilidad alimentaria que niñas, niños y adolescentes afrontan en nuestro país, haciendo hincapié en las afectaciones que derivan de desastres, emergencias y crisis de distinta índole, recrudeciendo las condiciones de pobreza, mencionó.
Estas situaciones inciden negativamente en la dieta de las niñas y niños y, por lo tanto, en su estado de nutrición, salud y bienestar, de acuerdo con UNICEF.
Estas crisis económicas, apuntó, obligan a las familias, sobre todo a las más pobres a sacrificar alimentos nutritivos, además de no comer regularmente proteínas de calidad, necesarias para un óptimo crecimiento de la niñez.
Ante esta situación, señaló la legisladora del PES, es necesario dar continuidad a los programas existentes, adaptarlos a la nueva normalidad, focalizarlos a los grupos con mayor necesidad y, de ser posible, ampliarlos para cubrir a un mayor número de población que lo requiera, de lo contrario, se profundizarán las condiciones de vulnerabilidad y empeorarán dramáticamente las cifras de pobreza, carencia alimentaria y mala nutrición en el país.
El punto de acuerdo fue turnado a la Segunda Comisión de la Permanente del Congreso.
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