Por: Redacción
El cambio climático es un fenómeno con el cual el ser humano tendrá que aprender a adaptarse, a frenarlo y sobre todo sacarle provecho en lo que se pueda, indicó el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.
Durante la exposición itinerante de Proyectos de Adaptación de Humedales Costeros del Golfo de México ante los impactos del Cambio Climático, la directora del Instituto, Amparo Martínez Arroyo, indicó que en los tres proyectos pilotos puestos en marcha en ecosistemas de Tabasco, Veracruz y Quintana Roo, se hallaron comunidades que cooperaron junto con autoridades.
“El cambio climático implicará sobre todo cambiar de forma de pensar y organizarnos. Nos está obligando a repensar cómo haríamos las cosas”, expuso en la explanada del Instituto Juárez, ante representantes de organizaciones ambientales y del Banco Mundial.
Asimismo, mencionó que los proyectos de adaptación conllevan la disminución en la vulnerabilidad de las poblaciones que permiten tener bienestar si se sabe manejar de mejor manera el agua, la basura, los ecosistemas y organizarse para actuar.
Añadió que las comunidades donde se trabajó mejoraron su capacidad de relación con su entorno, con sí mismos y lo que puede hacer cada una de las instituciones.
En tanto, la coordinadora del proyecto, Margarita Caso, afirmó que se aplicaron en la Laguna de Alvarado, en Veracruz; en el Sistema Lagunar Carmen-Pajonal-Machona, Tabasco, y en Punta Allen, Reserva de la Biosfera Sian Ka’an, en Quintana Roo.
Resaltó que es de los primeros proyectos que se realizan en México y que tratan de la implementación de medidas de adaptación al cambio climático.
Se trabajó en conservar los ecosistemas y los servicios ambientales que prestan como la protección a comunidades contra huracanes, tormentas y nortes, así como refugio de especies nativas de la zona y un área de alimentación y crianza de especies de peces.
Lo anterior, dijo, es importante porque las comunidades asentadas alrededor del sistema Carmen-Pajonal-Machona son de pescadores.
Además, se contempló la conservación y sustentabilidad de los manglares, así como su restauración y aprovechamiento por parte de las comunidades, a través de una tasa de uso autorizada por las autoridades.
En el caso de la Reserva de la Biosfera Sian Ka’an, dijo que allí se repobló la barrera de coral con genotipos resistentes a las altas temperaturas del mar y a la baja salinidad, pues es uno de los impactos del cambio climático.
Resaltó que el Banco Mundial financió los proyectos con 4.5 millones de dólares, que fueron utilizados tanto por el Instituto Nacional de Ecología como por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, que realizó escenarios de cambio climático y modelado de cuencas, así como escurrimientos.
El trabajo se hizo, apuntó, con grupos de consultores de la sociedad civil y de grupos de distintas instituciones al tratarse de proyectos con muchos componentes.
Comentó que la muestra se exhibió en Tabasco, luego de haberse presentado en Veracruz y Quintana Roo, por lo cual, la llevarán a la Ciudad de México, pues se trata de un proyecto pionero en medidas de adaptación.
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