Por: Redacción
En diciembre de 1955, la señora Rosa Parks (Alabama, 4 de febrero de 1913 – Detroit, 24 de octubre de 2005) desafió una práctica que clasificaba a los individuos por el origen de su raza, al trastocar una regla que consideraba injusta: como cualquier otro trabajador, luego de una jornada laboral tomó asiento en la zona del autobús reservada para blancos y prefirió ir a la cárcel que ceder su asiento.
El ejemplo de Parks propició que la comunidad negra se organizara para boicotear a los autobuses de la ciudad como protesta. En la acción participó 90 por ciento de esa población, encabezada por la Asociación de Mejoramiento de Montgomery, que presidía Martín Luther King Jr.
En el transcurso del boicot se intentó desalentar el movimiento mediante actos terroristas: se colocaron bombas que causaron explosiones en iglesias, hogares y espacios públicos. Pero la violencia no detuvo a la organización hasta obtener el fallo favorable de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, que declaró inconstitucionales las leyes estatales y locales de Alabama, que dictaban la segregación racial en autobuses.
Para invitar a la comunidad universitaria a reflexionar sobre derechos humanos, inclusión, combate a la discriminación, activismo y buenas prácticas ciudadanas, la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en Cine y Literatura exhibe las piezas Rosa Parks y Cellular power en la explanada del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), hasta el 17 de marzo.
Esta muestra se realiza en colaboración con el Museo Memoria y Tolerancia y la embajada de Estados Unidos en México, en el marco del mes de la negritud que se celebra en Estados Unidos.
En la explanada del MUAC se instaló la réplica del emblemático autobús de Rosa Parks, hecha por el equipo de museografía del Museo Memoria y Tolerancia. Se trata de una pieza interactiva a la que el público puede subir, tomar asiento y ver la proyección de un documental que cuenta la historia de Parks y el movimiento de resistencia que detonó con su acto de desobediencia civil.
También se presenta la instalación Cellular power, compuesta por una caja rectangular con una entrada por uno de sus laterales, con capacidad para seis personas. En el interior está tapizada con una gigantografía hecha a partir de imágenes de la organización de Las Panteras Negras en 1968, en las que aparecen protestando con celulares en mano. Es un dispositivo que muestra cómo hoy en día la tecnología ayuda a denunciar injusticias y abusos de autoridad.
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