Por: Redacción

Reformar la Ley de Salud para implementar en la Ciudad de México la eutanasia como un derecho más de los capitalinos, contemplado en el marco jurídico, ha sido una iniciativa constante de los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Asamblea Legislativa, aseguró el coordinador del grupo parlamentario en la séptima legislatura, Israel Betanzos Cortes.

Refirió que ese derecho ciudadano se discute en la Asamblea Constituyente y es un representante de un partido de izquierda, Jesús Ortega, quien promueve su inclusión en la Constitución Política de la Ciudad de México.

Subrayó que la propuesta del constituyente para garantizar el derecho de autodeterminación personal a quienes por alguna enfermedad terminal solicitan una muerte asistida, es un reconocimiento al trabajo que por varias legislatura realizaron los diputados priístas.

Celebró el cambio de posición de representantes de izquierda, que en legislaturas pasadas impidieron la aprobación de esta iniciativa, creando la Ley de Voluntad Anticipada para que los enfermos en etapa terminal fueran atendidos con cuidados paliativos hasta que la misma naturaleza de su enfermedad los ayudara a bien morir.

El coordinador de los diputados del PRI afirmó que la Ley de Voluntad Anticipada en el Distrito Federal constituyó un avance en el reconocimiento de los derechos de las personas enfermas en etapa terminal; sin embargo, coincidió con el constituyente en que es necesario plasmar en la Constitución local el derecho a la opción de bien morir y que no haya consecuencias sobre quien apoye a las personas que decidan morir con dignidad en casos extremos, con lo que no se contrapondría la obligación del Estado de tutelar la vida.

Betanzos Cortes señaló que en un país y sobre todo en una ciudad donde se tutela el derecho a la libertad, se debe respetar la opción de bien morir de aquellos que enfrentan una enfermedad incurable.

Dijo que la eutanasia es un proceso que se inicia con la petición voluntaria y reiterada del enfermo que tiene un padecimiento intratable, mortal, o que por caso fortuito o causas de fuerza mayor tiene una esperanza de vida menor y se encuentra imposibilitado para mantener su vida de manera natural y con una calidad de vida mínima e incompatible con su dignidad personal.

Reiteró que en el proceso de transformación de la ciudad es importante contar con un marco jurídico que garantice el ejercicio del derecho a la libre elección de las personas respecto a la negativa de someterse a medios, tratamientos o procedimientos médicos que pretenden prolongar de manera innecesaria su vida, protegiendo en todo momento su dignidad, cuando por razones médicas sea imposible mantener su vida de manera natural.