Por: Redacción/

Académicos de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, en colaboración con estudiantes de posgrado y de servicio social, llevan a cabo estudios para solucionar el desabasto de agua en el municipio de Concepción Buenavista, en la Mixteca Alta de Oaxaca, en donde los principales problemas son la falta de ese recurso y la erosión del suelo.

La red de distribución de agua potable del poblado está fuera de operación y ha sido catalogada como “obsoleta” por las autoridades locales, por lo que la comunidad manifestó la necesidad de explorar terrenos aledaños a fin de encontrar una fuente alterna de abastecimiento.

Por ello, el ayuntamiento buscó el auxilio de expertos de la UNAM. De esa manera, un grupo de ingenieros civiles de esta casa de estudios, en el que participan Ana Carrera Aguilar y Rodrigo Sepúlveda, de la FI, hicieron una visita de exploración y otra para determinar la situación.

Mediante el proyecto “El acceso al agua como factor de bienestar social en la Mixteca Alta, enclavada en el municipio de Concepción Buenavista, Oaxaca”, el grupo pretende dar una solución a la escasez de agua que se vive en esa zona desértica, situación que repercute en los factores social y económico de los pobladores y en el incremento de la migración.

Es como un pueblo fantasma y quienes se han quedado refieren pérdidas económicas, porque se dedicaban a la agricultura y ganadería, y hoy sobreviven de las remesas que les envían sus familiares de Estados Unidos o de la Ciudad de México.

Los pozos que abastecen a la comunidad son superficiales, la poca agua que se extrae está contaminada, y cuando deja de llover se secan, por lo que los habitantes reciben el líquido de un manantial lejano; esa dotación es resguardada en una cisterna, de la que sólo les permiten extraer 20 litros por familia al día, que usan para beber y cocinar sin saber si es potable o no.

Este mes los universitarios regresarán a Concepción Buenavista para colectar muestras del agua de consumo –manantial y pozos–, analizarlas y determinar su potabilidad. Además de determinar una fuente hídrica alterna y hacer una línea de conducción hacia la red de abasto, su trabajo incluirá una campaña de sensibilización para el cuidado y uso adecuado del recurso.

Ana Carrera Aguilar y Rodrigo Sepúlveda informaron que en febrero de 2018 (cuando concluya el proyecto) entregarán al alcalde de la comunidad los resultados del estudio, para que él lo presente al gobierno estatal. El objetivo es probar el desabasto, los problemas sociales y económicos derivados, y obtener un fideicomiso, subsidio o apoyo directo del gobierno federal.

“Con esta labor, los tesistas enfrentan una realidad que no sólo involucra varias vertientes de la ingeniería encaminadas al bienestar de los habitantes, sino también aspectos económicos y sociales”, concluyeron.

Como profesores de la División de Ingeniería Civil y Geomática, ambos universitarios trabajan en áreas conjuntas. Ana Carrera, del Departamento de Sistemas, Planeación y Transporte, se encarga de la investigación relacionada con el bienestar e impacto de las infraestructuras en las personas, mientras que Rodrigo Sepúlveda, del Departamento de Sanitaria y Ambiental, evalúa la calidad del agua.

En tanto, Ulises Mejía, geofísico egresado de la FI, participa en la exploración del terreno para determinar la nueva fuente de abasto y, a partir de ahí, diseñar un proyecto que permita reconectarla a la red de abastecimiento existente.