Por: Redacción
Para describir la profesión de un médico, no sólo basta conocimiento, sacrificios y noches de desvelo, sino una vocación que muchos de ellos la sumen con verdadero compromiso, haciendo honor al juramento hipocrático.
El ejercicio de la medicina a través de los siglos, arrojó un aforismo de origen incierto: “Curar a veces, aliviar con frecuencia, consolar siempre”, que se le atribuye a Hipócrates, padre de la medicina, pero también a los médicos, el estadounidense Edward Livingston Trudeau y hasta los franceses Bérard y Gubler, entre otros.
Sin embargo, esta frase doctrinal, sin duda describe el papel que debe ejercer el experto con sus pacientes, una forma de asumir que la medicina no es una ciencia exacta y que no tiene soluciones para todos, aunque la facultad que otorga esta profesión siempre puede ayudar, aunque sea a través del consuelo.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hasta el segundo semestre de 2014, México contaba con aproximadamente 343 mil 700 personas con formación de médico y quienes además pertenecen a la población económicamente activa, es decir 82 de cada 100 profesionistas.
El Instituto Nacional de Salud Pública, a propósito del Día del Médico este 23 de octubre, recuerda que desde 1937 se festeja a quienes eligieron esta carrera para hacerlo coincidir con la creación del Establecimiento de Ciencias Médicas en 1833, antecedente de la actual Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Luego de la clausura de la entonces Universidad Nacional y Pontificia y de la Escuela de Cirugía por decreto del Presidente Valentín Gómez Farías, la creación de dicho Establecimiento fusionó las carreras de médico y de cirujano, razón por la cual a la fecha quienes eligen estos estudios obtienen el título de Médico Cirujano.
La medicina -dice la UNAM- tiene entre sus objetivos principales el promover la salud, prevenir enfermedades, hacer diagnósticos oportunos, tratamientos eficaces y rehabilitación de quienes lo necesitan, así como contribuir a la creación de ambientes familiares, escolares y laborales favorables al desarrollo humano.
La propia Facultad de Medicina ha publicado que para realizar el cometido de la medicina, el médico debe ser agente de cambio y desarrollo social, ser quien ayude a aumentar la capacidad de organización e incremente la autosuficiencia.
De esta forma, el médico no sólo forma parte de la medicina curativa, también es y ha sido una pieza clave en el desarrollo de la salud pública.
De acuerdo con la Asociación Mundial de Médicos (AMM), la eficacia de diversos programas de salud pública depende de la colaboración de los médicos y sus asociaciones profesionales, quienes a través de su ayuda y colaboración estrecha benefician enormemente a los programas.
Además, la colaboración de los médicos, a través de su invaluable labor, es vital para difundir la información de salud pública y programas de educación que promueven estilos de vida saludables, y reducen los factores de riesgo.
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